"Es un honor para mí aceptar esta gran
responsabilidad” aseguró la
vicepresiden- ta de Malaui el 7 de abril durante su investidura como jefa de Estado. Se
ponía fin así a la crisis de Estado desatada tras el fallecimiento
repentino del presidente Bingu wa Mutharika, que en los últimos años había
sido ampliamente criticado por sus derivas
dictatoriales. El peligro de que Malaui abandonara la senda democrática
sobrevoló en esos dos días de confusión.
El 5 de abril, tras el
fulminante infarto de Mutharika, de 78 años, este fue trasladado al
hospital Central Kamuzu y falleció el mismo día, según los médicos que le
atendieron. Aún así, su cuerpo fue trasladado en avión a un hospital
militar sudafricano en un intento desesperado de algunos miembros del partido
gobernante, el Partido Progresista Democrático (PPD), de
ocultar su muerte. La jugada se realizó también
para ganar tiempo. En el seno del PPD, los
ministros más cercanos a Mutharika no eran partidarios de que se
cumpliera la orden constitucional de que ante una enfermedad grave o
el fallecimiento repentino del
presidente asumiera el cargo la vicepresidenta. Joyce Banda
había sido expulsada del partido en 2010, y había fundado su propia formación política, el Partido Popular. En el seno del PPD se quería imponer al hermano del presidente, Peter Mutharika, que recientemente había venido de su
puesto académico en Estados Unidos y había asumido el liderazgo del PPD,
haciendo rodaje para la sucesión en varios ministerios, entre ellos los de Educación y Exteriores.
La maniobra quedó
clara cuando el 6 de abril seis ministros destacados del gobierno de
Mutharika, encabezados por la ya depuesta ministra de Información y Deportes, Patricia Botomani
Kaliati -junto al de Salud y al vicepresidente del Gabinete de la Presidencia y
del Gobierno, entre otros- cometían la imprudencia de convocar una rueda de
prensa en la que calificaban a Joyce Banda de "extranjera”.' Hoy, tanto Kaliati como sus compañeros, además de cesados, se enfrentan a
cargos por traición e intento de desestabilización del orden constitucional. Nacida
el 12 de abril de 1950 en Zomba, Joyce Banda goza de
reconocimiento internacional y tiene amplia experiencia de gobierno, pues ha
sido ministra de Género y responsable de Exteriores, antes de ser nombrada
vicepresidenta. Previamente a su entrada en la política, Joyce destacó como
activista y se convirtió en una figura pública al frente del Programa de
Empoderamiento de la Mujer, que le llevó a viajar por todo el país promoviendo la Asociación Nacional de Mujeres Emprendedoras. También creó la Fundación Joyce Banda, que fomenta la educación de las mujeres y las
niñas.
Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la nueva presidenta de Malaui es abordar la grave crisis
económica y social por la que atraviesa el país y restaurar las dañadas relaciones con Reino Unido, su antigua potencia colonial.
(Gentileza de Mundo Negro, nro. 573, mayo 2012, pág. 10)