En la madrugada del domingo 1 de julio, falleció la
Madre María Campillo, fundadora y superiora general de las Hermanas Misioneras
de la Sagrada Familia. Fue velada en la Capilla de la Casa Madre, en la
pedanía murciana de Rincón de Seca. Sus exequias tuvieron lugar el martes, 3 de
julio, a las 10 de la mañana en la Parroquia de Rincón de Seca.
María Campillo Hurtado nació en Rincón de Seca, Murcia,
el 1 de enero de 1929. Desde muy joven tuvo que tomar las riendas de la
familia, a la que quería sacar adelante poder dedicarse por entero a su ideal
que no era otro que la Iglesia. Se convirtió, sin pretenderlo, en un referente
para su pueblo, pues en su afán de promoción humana y de justicia social, pues
su sueño desde pequeña era ser camino para todos. Por todas sus acciones en
favor de los demás y sus valores personales, los principales representantes del
pueblo le rogaron que aceptara el cargo de alcaldesa, pero por razones
espirituales, ella rechazó la propuesta, aunque siguió colaborando en el bien
del pueblo.
Al mismo tiempo se dedicaba completamente a la formación
ética y espiritual de la juventud organizando tandas de ejercicios
espirituales, semanas de juventud, excursiones, retiros y todo lo que estaba en
su mano. Ante las dificultades de encontrar sitio donde reunirlos, decidió
construir una casa de espiritualidad, lo que tras muchas dificultades comenzó
el 9 de noviembre de 1970. En mayo de 1975, mientras continuaba la construcción
de la casa, se abrió en la planta baja del edificio una guardería laboral para
servicio de las madres trabajadoras y al mismo tiempo, comenzar la formación de
los niños desde su más temprana edad. Esto le supuso una serie de problemas que
la llevaron a crear una federación de guarderías laborales.
En realidad ella tenía la llamada interior de fundar una
comunidad religiosa, como así fue. Con cuatro miembros el grupo comenzó a
existir como pequeña fraternidad de vida en común el Lunes Santo de 1978,
residiendo en la misma casa de ejercicios, aún inacabada, pero ya dando
múltiples servicios. En 1982, contando ya con siete miembros, Mons. Javier
Azagra Labiano, entonces obispo de la diócesis, aprobó esta nueva forma de
vida, estableciéndose definitivamente la Comunidad Religiosa de las Hermanas
Misioneras de la Sagrada Familia.
Después de largos años de diversas actividades y vida
consagrada a los demás, decidió construir también una residencia para ancianos
al comprobar la necesidad de atención en que muchos vivían. Tras lograr superar
la gran cantidad de problemas que se iban presentando a todos los niveles, la
inauguración tuvo lugar el 15 de marzo de 2007, funcionando en la actualidad a
pleno rendimiento.
Preocupada por la situación de la sociedad actual, luchó
por la construcción de un colegio para niños de 0 a 18 años, pero al no poder
lograrlo debido a la situación política del país, decidió que la Comunidad se
establezca también en Colombia, para lo cual, y a pesar de estar ya muy
enferma, el Señor le permitió viajar allá en la segunda quincena del pasado mes
de abril. En mayo su salud empeoró notablemente, viviendo el final con intenso
sufrimiento físico, pero con la paz que el Señor nos dejó en su partida.
María Campillo Hurtado ha sido una luchadora nata, con
una visión de amplios horizontes en favor de la vida, de la familia, de la fe
evangélica, que a pesar de su falta de credenciales académicas, ha dado
lecciones de buen hacer a todos cuantos han acudido a ella.