El misionero comboniano, padre Valentín García, cuenta
desde Lima, Perú, el reto que supone hoy vivir la misión en la que, según el
mismo manifiesta, el misionero ya no es el protagonista sino un colaborador.
“Hace casi un año que regresé al Perú por segunda vez
después de 17 años. Aquí en Perú hay un dicho: ‘todos vuelven…’, que alude a la
letra de una conocida canción folclórica. Pues es lo que estoy viviendo en este
país andino, la vuelta a la misión después de dos períodos de misión en Chile y
España respectivamente. Cuando se vuelve a un lugar después de una larga
ausencia, como ha sido mi caso, uno tiene la tentación de hacer comparaciones
entre la situación primera con la actual.
Yo algunas comparaciones ya he hecho, y he visto cambios
notables a todo nivel, en el económico y en los valores humanos y religiosos.
Pero lo que vuelvo a constatar es un pueblo cristiano con una gran religiosidad
y con mucha fe, en muchos casos mezclada con una profunda religiosidad popular
que se manifiesta cuando van a la Iglesia o en las costumbres cotidianas.
Recuerdo que mi obispo en Tarma, recién llegado yo al Perú por primera vez, a
fines de 1975, decía que la religiosidad popular es un signo de la fe del
pueblo. Al principio no lo tomé en consideración debidamente, pero con el pasar
de los años me he dado cuenta que es una gran realidad.
La fe y la piedad popular van de la mano en el vivir de
cada día del hombre latino de hoy, y ambas se complementan porque se nutren de
la formación cristina y de la idiosincrasia que se ha mezclado con la herencia
cultural de los pobladores prehispánicos de estas tierras. En este ambiente que
desea modernizarse a toda prisa y que convive con sentimientos religiosos
cristianos, me toca vivir la misión en esta etapa madura de mi vida aquí en
Perú. Vivir la misión hoy es un reto, en Europa porque estamos llamados a ser
testigos de una fe que el pueblo no la toma ya como su bandera principal; y un
reto aquí porque estamos llamados a mantener vivas las expectativas de los
cristianos comprometidos y a realizar con ellos la misión.
La misión hoy pasa por aceptar la Iglesia que los
laicos sean los protagonistas de la misión, tanto en las viejas cristiandades
de Europa como en las jóvenes Iglesias de África y América. Yo soy un
convencido de que la crisis de fe que está viviendo Europa pasará si sus
comunidades cristianas se abren sinceramente a la misión ad gentes y se hacen
ellas mismas protagonistas de la misión.
La misión aquí en Perú hoy debe seguir comprometida con
la defensa de los valores cristianos en las diferentes capas de la sociedad y
en la consolidación del compromiso de los laicos en la misión de la Iglesia. No
se puede llevar una pastoral efectiva y ordenada si no se incluye a los laicos
en este proceso. Por eso La Nueva Imagen de Parroquia cuenta especialmente con
ellos a la hora de realizar y vivir la misión.
Es muy gratificante vivir una Eucaristía con una Iglesia
llena de gente adulta, jóvenes y niños, y constatar que participan activamente
en la misa. Esta experiencia la tuve cuando empecé a celebrar misa a la Capilla
de Santa Teresa de Villa en la Parroquia de San Genaro, en Chorrillos.
Nuevamente me reencontré con una comunidad cristiana viva casi toda ella en
manos de los laicos. Fue muy chocante para mí porque acababa de llegar de
España donde la realidad eclesial y cristiana es muy diferente.
La Iglesia en América Latina hoy no debe olvidar las
consignas de Aparecida para que la Misión Continental esté viva en todas las
comunidades cristianas y siga siendo una Iglesia en permanente estado de
misión. El signo más claro de que una Iglesia está viva es si vive la misión,
ad intra y ad extra.
Los misioneros que hemos llegado de fuera a América
Latina y al Perú en especial, estamos como apoyo a la misión de la
Iglesia local que está establecida desde hace más de quinientos años en estas
tierras. El misionero aquí ya no es el protagonista, como lo era antaño, hoy
está como colaborador, especialmente en los lugares de frontera donde hay una
sociedad dividida y marginada en muchos casos”