Grupos de chavales, jóvenes y adultos, un
año más, recordaron a los cacereños que, en las vísperas del DOMUND, tienen una
cita solidaria.
El sol quiso aportar su granito de arena,
inundando de luz y calor una mañana que
se iniciaba con densa niebla y otoñal frío.
Diversos grupos ofrecían material y animaban
las calles con sus cantos y carteles.
Todo por los misioneros. Ellos son
sembradores de fe que están produciendo los hermosos frutos de caridad entre
los hermanos más alejados.