Alrededor
de la fiesta de Epifanía, una tradición atrae a numerosos niños en Bélgica para
cantar y llenar sus bolsillos de caramelos o algunos euros. Missio, Obras Misionales
Pontificas de Bélgica, moviliza cada año a miles de niños para que celebren
esta tradición. Son los niños Cantores de la Estrella que visitan a las
familias en sus domicilios, aportan la alegría y la paz de Navidad, pero
testimonian también una solidaridad sin fronteras ya que los Cantores de la
Estrella se sienten unidos con los niños de todos los continentes. Gracias a su
entusiasmo, su devoción y cantando, recogen dinero en su itinerario y se lo
confían a Missio para sostener proyectos a favor de los niños del mundo. Este
año, bajo el lema " Do, Ré, Mi, Fa, Sol-idaridad", los pequeños
cantores contribuirán a subvencionar diferentes proyectos para niños en Oriente
Medio.
Durante los días de la Epifanía los niños, vestidos de magos, pastores o
reyes, recorren las calles de su ciudad o su barrio siguiendo la
Estrella. La finalidad de esta acción es anunciar la Navidad como una Buena
Noticia en un mundo donde esta fiesta perdió su sentido religioso. Si Navidad
es la fiesta de la paz, qué mejor regalo que niños que pasan de casa en casa
les deseen "Paz en esta casa".
Se trata de un regalo muy especial que
no se envuelve ni se compra, se da a través de los cánticos, del encuentro y la
acogida, las sonrisas y la alegría profunda que viene de Dios y que cada niño
siente en su corazón.
Esta tradición no es un fenómeno puramente occidental.
Más allá de los océanos, en los países de cada continente, niños se hacen
también Cantores de la Estrella, como por ejemplo en Ruanda, Guinea, Kenya o en
Corea, etc.
Se trata de una amistad sin fronteras que llevan a cabo todos los
pequeños Cantores que se ponen en camino con el objetivo también de conseguir
un sueño: "Que todos los niños puedan vivir". En Bélgica, cada año,
participan en esta actividad misionera más de 10.000.
Esta tradición tiene su
origen en la historia maravillosa de los Reyes Magos. Guiados por la estrella,
van detrás del niño recién nacido en Belén. Curiosamente, no pertenecen al
pueblo de Israel. La estrella del Señor aparentemente atrae otros pueblos
paganos. Su mensaje es un mensaje para todas las naciones. Estos magos traen
con ellos regalos para honrar el don precioso del Niño. Esta dinámica de dar y
de recibir ilustra muy claramente el espíritu de abertura y de diálogo en el
cual conviene situar la experiencia. Los Cantores de la Estrella simbolizan
esta misión.
Como pequeños misioneros van de casa en casa para anunciar la
Buena Noticia. Ninguna casa es olvidada, y cada una, independientemente de la
religión o la creencia de sus habitantes, puede recibir el mensaje de paz y
bien que traen los niños.