El sacerdote valenciano, de 83 años, Vicente Amargós ha
partido como misionero a Venezuela para ser director espiritual del Seminario
Interdiocesano de Ciudad Bolívar.
Para Vicente Amargós, ordenado sacerdote en 1954, marchar
a Venezuela de misión a sus 83 años no es más que “un nuevo paso en el largo
camino recorrido de su ministerio sacerdotal”, según ha indicado a la agencia
AVAN el propio misionero. Así, reconoce que ha vivido todas sus etapas, durante
58 años de sacerdocio, como una misión. “Siempre he vivido el ministerio como
don a los demás, un don recibido al servicio de los más pobres”, ha señalado.
Amargós ejerció su ministerio sacerdotal durante 9 años
en la localidad alicantina de Alcoy y fue capellán del Santuario de la Font
Roja, además de consiliario de la Juventud Obrera Cristina (JOC), “un
movimiento evangelizador, que despertó en mí una actitud misionera”, según el
sacerdote, que más tarde, entre 1963 y 1970, fue consiliario nacional del
movimiento en Madrid.
En 1970 el misionero volvió a Valencia, a la parroquia de
Jesús Obrero del Grao, y fue coordinador de la Misión Obrera en Valencia. “Yo
era un cura obrero. Busqué trabajo en el Puerto de Valencia, en carga y
descarga y en la Ford, para integrarme en el mundo laboral, pero con 40 años
todos me decían que no, así que me hice autónomo y trabajé con un grupo de
pintores”, ha asegurado Vicente Amargós, que cuando no trabajaba llevaba pastoral
de juventud en el barrio del Grao.
En 1985, el sacerdote valenciano se trasladó al barrio
del Cristo y, junto al párroco, inició un proyecto de inserción socio laboral
con los jóvenes del barrio. “Era un proyecto de horticultura, montamos
invernaderos en 20 anegadas de tierra en el término de Picassent y allí
cultivábamos de todo. Eran chavales casi todos tocados por las drogas”, según
expresa el sacerdote en un reportaje publicado en el semanario diocesano de
Valencia, Paraula.