• INFANCIA MISIONERA 2022


    ¡Comienza a preparar la jornada!
  • CONCURSO INFANCIA MISIONERA 2022


    Tú eres luz para el mundo
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES 2020


    ¡Así fue 2020 en Obras Misionales Pontificias!
  • AYUDA A LAS MISIONES


    Colabora con los misioneros españoles

15 de noviembre de 2012

El sacerdote Vicente Amargós, misionero en Venezuela a sus 83 años


El sacerdote valenciano, de 83 años, Vicente Amargós ha partido como misionero a Venezuela para ser director espiritual del Seminario Interdiocesano de Ciudad Bolívar.
Para Vicente Amargós, ordenado sacerdote en 1954, marchar a Venezuela de misión a sus 83 años no es más que “un nuevo paso en el largo camino recorrido de su ministerio sacerdotal”, según ha indicado a la agencia AVAN el propio misionero. Así, reconoce que ha vivido todas sus etapas, durante 58 años de sacerdocio, como una misión. “Siempre he vivido el ministerio como don a los demás, un don recibido al servicio de los más pobres”, ha señalado.
Amargós ejerció su ministerio sacerdotal durante 9 años en la localidad alicantina de Alcoy y fue capellán del Santuario de la Font Roja, además de consiliario de la Juventud Obrera Cristina (JOC), “un movimiento evangelizador, que despertó en mí una actitud misionera”, según el sacerdote, que más tarde, entre 1963 y 1970, fue consiliario nacional del movimiento en Madrid.
En 1970 el misionero volvió a Valencia, a la parroquia de Jesús Obrero del Grao, y fue coordinador de la Misión Obrera en Valencia. “Yo era un cura obrero. Busqué trabajo en el Puerto de Valencia, en carga y descarga y en la Ford, para integrarme en el mundo laboral, pero con 40 años todos me decían que no, así que me hice autónomo y trabajé con un grupo de pintores”, ha asegurado Vicente Amargós, que cuando no trabajaba llevaba pastoral de juventud en el barrio del Grao.
En 1985, el sacerdote valenciano se trasladó al barrio del Cristo y, junto al párroco, inició un proyecto de inserción socio laboral con los jóvenes del barrio. “Era un proyecto de horticultura, montamos invernaderos en 20 anegadas de tierra en el término de Picassent y allí cultivábamos de todo. Eran chavales casi todos tocados por las drogas”, según expresa el sacerdote en un reportaje publicado en el semanario diocesano de Valencia, Paraula.