Este año han sido muchos los proyectos financiados para
la adquisición de vehículos para las misiones. Las Obras Misionales
Pontificias, el DOMUND, cuentan para esto con un socio especializado, el MIVA,
acrónimo de la expresión alemana Missions-Verkehrs-Arbeitsgemeinschaft,
“Asociación Misionera de Transporte”, que se ha creado en diversos países, como
Estados Unidos, Reino Unido o Austria. Esta última, la más antigua, lleva
prestando este servicio a las misiones desde 1949, por lo que cuenta con una
dilatada experiencia. Todas las MIVA desde su fundación están al servicio de
las misiones y los misioneros.
Y es que desplazarse en zonas de misión y por países con
infraestructuras deficientes o en muchos casos inexistentes es, en ocasiones,
una proeza. Es por ello que el DOMUND ha financiado este año, entre otras
peticiones, la adquisición de vehículos para la archidiócesis de Bamenda,
Camerún (8.000 dólares), para la diócesis de Kalemie, en el Congo (10.000
dólares), para las hermanas de Nazaret de Luiza, (10.000 dólares), para la
diócesis de Mbandaka (10.000 dólares), también en el Congo, para la diócesis de
Zomba, en Malawi (10.000 dólares).
Los criterios para aprobar este tipo de financiación son
claros y tienen siempre en mente que se trata de luchar contra la pobreza y el
subdesarrollo, con un compromiso decidido por el Evangelio. Las personas que
están “en el terreno”, los misioneros, son quienes solicitan estos vehículos expresando
el motivo de su petición y su necesidad de movilidad. La solicitud viene
respaldada, como en cualquier proyecto del DOMUND y de las Obras Misionales
Pontificias, con una carta del obispo del lugar.
Las Obras Misionales agradecen a MIVA su labor de
asesoramiento y su colaboración, muy en consonancia con el lema que tenía esta
organización cuando se fundó: “Al encuentro de Cristo, en la tierra, en el agua
y en el aire”