El pasado 24 de octubre, en el distrito de Sabarkantha,
un distrito de Gujarat, India, los católicos celebraban con una fiesta los 50
años de la llegada al lugar del primer misionero. Sabarkantha es una gran zona
del noreste de Gujarat. Su población es del mismo grupo tribal que la que
habita en otras partes de Gujarat, por lo que no era raro que algunas jóvenes
católicas se casaran con chicos de Sabarkantha. El primer misionero, el padre
jesuita Luis Espasa, llegó respondiendo a la llamada de estas jóvenes católicas
para que las casara.
Al principio este jesuita de Gerona hacía en motocicleta
los 130 kilómetros de viaje desde su residencia en la ciudad de Ahmedabab para
atender a las primeras familias católicas de Sabarkantha. Algo increíble dada
la situación de las carreteras en aquella época. Era el año 1962.
Tres años después en 1965, una terrible hambruna amenazó
con devastar todo el territorio. El padre Espasa creó todo un sistema de ayuda
para cerca de 400 aldeas con el apoyo de instituciones internacionales de la
Iglesia pero implicando incluso a la USAID, la agencia de desarrollo
internacional de Estados Unidos. Su labor salvó incontables vidas y dejó el
testimonio de una persona volcada en los demás, sobre todo en los más pobres de
los pobres.
Las residencias de religiosas, la escuela secundaria, el
dispensario, y la Iglesia que construyó el padre Espasa en la población de
Bhiloda han servido de escenario para el recuerdo de la llegada de este gran
misionero jesuita a Sabarkantha. La procesión que ha tenido lugar ayer forma
parte de los actos que ha organizado la diócesis de Gandhinagar – a la que
pertenece hoy Sabarkantha – para dar comienzo al Año de la Fe. El arzobispo de
Gandhinagar, Mons. Stanislaus Fernandes, ha invitado a todos los que están
vinculados con el nacimiento de esta Iglesia a que durante estos días se unan
en la oración y compartan la alegría de la fe que les llevó el padre Espasa.