UNA MISIONERA CACEREÑA REGRESA A PERÚ
La Hna. Alegría, carmelita de Vedruna, que siempre hace honor a su nombre, regresa a la misión en Perú.
Ha permanecido entre nosotros hasta el fallecimiento de su madre, a la que ha cuidado con exquisita dedicación.
Va a trabajar en un barrio periférico de Lima.
Como es religiosa y enfermera, en conexión con los religiosos Camilos, se dedicará a cuidados paliativos entre enfermos terminales y otras actividades pastorales.
Con emoción expresa la espiritualidad de los Camilos: “cuida al enfermo como si fuera tu hijo”… “Que las sábanas no tengan arrugas”.
Su comunidad está formada por 5 religiosas de países diferentes.
Una vez más los misioneros nos sorprenden por la generosidad de la entrega. Son la expresión más genuina de la entrega absoluta a los demás.
Que Dios te bendiga, hermana.