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13 de junio de 2015

La Hna. Carmen Bravo en Caceres

                                                          UNA VISITA ENTRAÑABLE



 

       La Hna. Carmen Bravo Tovar tiene 80 años, 60 de ellos en la Compañía Misionera.

Lleva 55 de ellos en Perú, provincia de Yurimaguas, Alto Amazonas. Parroquia de Jeberos, en plena selva.

Al llegar a España le han descubierto una seria cardiopatía. A pesar de sus años y delicada salud,sus palabras destilan una profunda alegría y paz. 

Está enamorada de la selva, de la misión y sus habitantes.

 

La comunidad misionera la forman: dos españolas, una peruana y otra de la India.

El progreso realizado en aquellas comunidades indígenas – ocho tribus distintas- ha sido impresionante. A través de la promoción cultural que las religiosas promovieron, creando un colegio, muchos han conseguido acceder al magisterio y otras profesiones. Las autoridades locales actuales también han surgido de este trabajo abnegado. 

Otro tanto hay que decir con relación a  los ministros de la  Palabra, verdaderos agentes evangelizadores en las diversas comunidades.

Ya tienen el primer sacerdote nativo, hijo de un brujo.

Sólo cuentan con la presencia de sacerdotes, tres veces al año.

Pero eso no es óbice para que la evangelización y práctica cultual siga su desarrollo normal. Las comunidades cuentan con sus propios animadores, quienes desde sus carismas: cuidan, fortalecen y promueven la evangelización.

El trabajo es evangelización integral a través de un catecumenado.

Tienen catequistas Ad Gentes que están disponibles para evangelizar en otros lugares.

 

La Congregación está celebrando las Bodas de Oro de su llegada a la zona. 

 

Escuchar a la Hna Carmen Bravo es un placer, el tiempo no cuenta, su limpia  mirada y 

la dulzura de sus palabras, nos hacen saborear la felicidad de alguien que ha sabido entregar la vida por los demás.

Cuídate, hermana, los pobres te necesitan.