LAS TRES “PES” DEL
MISIONERO
"En una de mis visitas a nuestros sacerdotes misioneros en los
Andes de la Amazonia peruana, me encontré a uno de ellos, ya mayor, polvoriento
y sudoroso bajo el poncho y cayado en mano. -¿Cómo estás y cómo te va?
-Pues, le digo a usted, mi obispo, lo mismo que le digo al Señor
cada mañana: repartiendo las tres 'pes': tu Palabra, tu Pan y tu Perdón".
¡Qué hermosa tarea y misión la llevada a cabo por el viejo
misionero y por tantos miles de sacerdotes ignorados en el mundo entero! Apenas
nadie se haya fijado en su callada y oculta tarea de años. Han dejado jirones
de sus vidas en el empeño. No hicieron nunca obras aparatosas y que llamaran la
atención de los medios. Ni han levantado grandes edificios, ni han fundado una
obra que les recuerde, ni siquiera han escrito un sencillo folleto. Sólo -nada
más, pero nada menos- HAN DEDICADO SU VIDA ENTERA A REPARTIR LAS TRES
"PES" ENTRE SUS HERMANOS, LOS HOMBRES. ¿Hay quien pueda dar más? Creo
que ha merecido la pena, y nuestro sincero agradecimiento.
(D.Antonio Montero, quien fue arzobispo de Méri-Badajoz)