LA
ALEGRÍA DEL MISIONERO
En la revista Mundo Negro, el misionero extremeño P.
Longinos, natural de Alía, manifiesta su alegría ante los cambios producidos en
el lugar de la misión.
Con profunda emoción
describe los cambios que se han producido en Karamoya: “ me
han marcado sus alegrías, las dificultades, los conflictos, las guerras…, he
visto pasar de las lanzas y las flechas al fusil, he sido testigo de los
tiempos de miedo, en los que tenía que pensar dos veces antes de moverme de una
zona a la otra…”
Desde hace siete años la situación ha cambiado, a
mejor, radicalmente. Ya no se oyen
disparos y los enfermos pueden ir al hospital, los niños a la escuela…
“En karamoya - dice el P. Longinos- me encuentro bien. Me siento orgulloso de ver que muchos de los que
he visto crecer son, hoy día profesores, enfermeros, políticos, ministros,
sacerdotes, religiosas… Esto me ayuda a darle valor a la esperanza y a la fe”.
La alegría del misionero es el fruto de una vida que se
entrega por amor a los más pobres.
Dios siempre es un formidable pagador.
Pedro
Jesús Mohedano Santibáñez
Delegado
Diocesano de Misiones de Coria-Cáceres