INFANCIA MISSIONERA: OLE, OLE Y OLÉ …
Un ¡hurra! inmenso, que atraviese las fronteras del mundo
y llegue hasta el último rincón de la tierra,
a este movimiento infantil,
fundado hace 172 años y extendido
por 133 países del mundo.
¡OLE Y OLE! Por la preciosa labor que ha desempeñado en el corazón de los niños, enseñándoles a mirar al mundo con los ojos misericordiosos de Dios.
¡OLE Y OLE! Por haber contemplado a toda la humanidad como a una gran Familia.
¡OLE Y OLE! Por llevar en los labios siempre la palabra GRACIAS, en primer lugar dedicada a Dios, Señor que regala vida; pero también GRACIAS a los padres, a los amigos, a los vecinos y a los lejanos: UN NIÑO MISIONERO SIEMPRE DICE G R A C I A S.
¡OLE Y OLE! Por que el niño misionero todos los días reza por los que no conocen a Jesús.
¡OLE Y OLE! Porque el niño de la Infancia Misionera comparte su dinero con aquellos a los que les falta lo necesario para vivir.
¡OLE Y OLE! Porque se informa, a través de la revista Gesto, de lo que sucede en las misiones y tiene siempre dispuesto a ser misionero allí donde vive.
¡OLE Y OLE! A la infancia misionera por la cantidda de vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras que ha dado al mundo.
¡OLE Y OLE! porque mantiene viva en el corazón de los niños, la llama de la fe, del amor y de la esperanza, en medio de un mundo que necesita de estrellas que iluminen la vida de los pobres.