Acaba de fallecer, a los 97 años el misionero jesuita Luis Ruiz Suárez. Tuvimos la suerte de conocerle en el Congreso Nacional de Misionología, en Burgos. Quedamos impresionados de la vitalidad y la fuerza interior de este gran misionero.
Se le conocía por su nombre chino "Luk Ngai", "padre de los pobres".
Ha sido un verdadero gigante del tabajo con los pobres, leprosos y enfermos del SIDA.
Ha pasado en China 70 años. Cuando llegó el comunismo fue expulsado y se quedó en Macao, donde creó una impresionante red de solidaridad con los refugiados que huían de China.
En los años ochenta, tras conseguir los permisos oportunos del gobierno chino, logró establecer en la China continental más de un centenar y medio de centros para atender a 10.000 leprosos, que vivían en situación de absoluto abandono. En esta labor contó con la inestimable asistencia de varias congregaciones de religiosas que acudieron a su invitación. Su incansable labor con los leprosos ha hecho que muchos lo comparen con la Madre Teresa de Calcuta. Solía decir:"Siempre he confiado en la ayuda de Dios porque no hay otra forma de explicar que hayamos sobrevivido económicamente a lo largo de los años".