Mons. Dominic Lumon |
107.000 dólares ha sido la cantidad destinada este año a
la diócesis india de Imphal por las Obras Misionales Pontificias y el DOMUND.
Su obispo, Mons. Dominic Lumon, presentó diversos proyectos de su diócesis
solicitando la solidaridad de la Iglesia universal para esta joven diócesis con
una población católica en continuo crecimiento.
La diócesis de Imphal cubre el estado indio de Manipur,
una de las zonas más orientales de este gigantesco país y cuyo nombre significa
la “tierra de las joyas”. Situada al norte de Tailandia, y habitada por tribus,
los misioneros salesianos llegaron en 1938 y fueron recibidos con los brazos
abiertos por el marajá de aquel entonces que había estudiado con ellos en un
colegio salesiano en Shillong. Uno de aquellos misioneros se convertiría en
obispo de la zona. El padre Orestes Marengo, salesiano italiano, siempre fue
consciente de la necesidad de que hubiera sacerdotes y religiosos en los
pueblos si se quería hacer llegar el mensaje del Evangelio, sobre todo a través
del ejemplo de vida. Setenta años después de la entrevista con el marajá, 56
sacerdotes diocesanos y más de un centenar de religiosas nacidas en Manipur y
que dedican su vida a su propio pueblo, son una prueba del crecimiento de esta
Iglesia.
Aún así uno de los primeros impulsos misioneros serios lo
dieron dos laicos, dos estudiantes del mismo colegio salesiano del marajá,
Dominic Shomi y George Hongrei. En 1952, hace ahora 60 años, estos dos
católicos invitaron al padre Marocchino, capellán del hospital de la ciudad
india de Kohima, a que visitara la aldea de Hundung. Habían preparado a 350
personas y querían recibir el bautismo.
Los proyectos a los que se ha enviado dinero este año
forman parte de un largo rosario cuyas cuentas fueron las primeras ayudas que
destinó el DOMUND en los años 60, en un compromiso continuado con lo que fue
una misión que apenas contaba con unos centenares de cristianos. Y así en este
2012 se está construyendo una casa para las cuatro religiosas que viven en
Shangting, una aldea remota que forma parte de la parroquia de Churachandpur.
Las hermanas se ocupan de la asistencia médica y de la educación para esta
aldea y las de los alrededores. En una situación similar se encuentran las
Misioneras de Cristo en Kakching, donde cuentan con el apoyo de 300 familias
católicas para llevar adelante labores sociales y de evangelización.
Otro proyecto es la Iglesia del Jiribam Mission Centre,
también emplazado en una zona bastante alejada que tiene alrededor cinco aldeas
con más de 1.400 católicos, una cifra que sigue en aumento año tras año. Este
año también se comenzarán las iglesias de Shangting, en la aldea de las
religiosas antes mencionadas, y de Joupi, que serán verdaderos centros de
evangelización, educación y mejora social