El padre Nkem Jude Anyaegbu nació en Amizi, una aldea del
estado de Abia, en Nigeria. El cuarto de siete hijos, vivió una infancia normal,
ayudando como monaguillo en Misa. Aunque había querido ser sacerdote desde
pequeño no fue hasta 1994 que entró en el pre noviciado de los misioneros
Redentoristas. Licenciado en Filosofía y Teología, fue ordenado sacerdote en el
2004. Gran deportista – es nada menos que cinturón negro en taekwando – y
amante de la naturaleza, los superiores de su congregación lo enviaron al
Caribe, donde hoy es párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia en Mahaut.
País: Dominica. Diócesis de Roseau.
Roseau es la capital de la isla de Dominica, y también el
nombre de la diócesis que tiene como territorio esta “pequeña” antilla – tiene
750 kilómetros cuadrados, más o menos el tamaño de la isla de Menorca -. Y es
que con otras islas como Martinica, Guadalupe o Grenada, forma las conocidas
como Pequeñas Antillas que cierran por el este el Mar Caribe.
Este es el lugar de misión del padre Jude que ha
solicitado a las Obras Misionales Pontificias una ayuda para construir la
Iglesia, porque en realidad los fieles se reúnen en un edificio pequeño, cuatro
paredes y un techo, que está en un estado ruinoso. De hecho, Dominica es zona
de huracanes, y esto se nota en las construcciones y en la vida de la gente. El
padre Jude, cuando pasó el huracán Dean tuvo que oficiar el funeral de una
madre y una hija, fallecidas en aquel terrible desastre.
Las Obras Misionales Pontificias, gracias a la campaña
del DOMUND, le han hecho llegar 40.000 dólares para la nueva parroquia. Es un
comienzo, porque el sueño de los fieles de Mahaut es tener una Iglesia digna
para el culto y espaciosa – quieren que tenga nada menos que 530 metros
cuadrados - y que cuente con locales para catequesis, para almacén de medicinas
y comida. La Iglesia será además lugar de acogida para el próximo huracán, que
ojalá tarde mucho en llegar.