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31 de mayo de 2013

Kinshasa, vocaciones sacerdotales nacidas en las parroquias


Vanel-Charles Nsilu y Jean Paul Malonda son dos seminaristas de los más de 40 que se forman en el seminario mayor Juan XXIII de Kinshasa, República Democrática del Congo. En el elenco de seminaristas, junto a su nombre y apellidos, se encuentra la parroquia de cada uno, el lugar donde maduraron su fe y decidieron seguir a Cristo en el sacerdocio. Vanel es de la Parroquia de San Martín y Jean Paul de la del Buen Pastor. Por eso, recorrer la lista de seminaristas es recorrer las parroquias de Kinshasa: Santa Ágata, Santos Ángeles, Sagrada Familia… Las comunidades de esas parroquias siempre estarán presentes como un “apellido” de estos seminaristas.
Son un grupo de jóvenes congoleños que se ordenarán sacerdotes en los próximos dos o tres años. En otro seminario en Kinshasa, el de Saint André Kaggwa, estudian filosofía otros 67 seminaristas. Una vez terminado ese ciclo de su preparación al sacerdocio pasarán también al seminario Juan XXIII. Ambos seminarios reciben la ayuda de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, cuya jornada de apoyo a las vocaciones en países de misión se celebrará en España el próximo domingo 28 de abril.

El lugar que ocupa el seminario es conocido como la “Cité du Séminaire”, la ciudad del seminario. Ocupa 11 hectáreas y, en este recinto, hay una gruta mariana, una parroquia, una guardería, una escuela de primaria, el propio seminario Juan XXIII, campos de fútbol y campos de labor – en los que los seminaristas trabajan para apoyar el presupuesto del seminario – y hasta un cibercafé para los jóvenes de la zona.
Cuando se creó el seminario, allá por octubre de 1967, había 12 seminaristas. Hoy entre ambos seminarios, el Juan XXIII y el Saint André Kaggwa, suman más de cien, que aseguran una esperanza y un futuro prometedor a la archidiócesis primada del Congo. Por eso, la Obra de San Pedro Apóstol, una de las cuatro Obras Misionales Pontificias, sigue apostando por esta esperanza – el lema de la campaña del 28 de abril es precisamente “Vocaciones nativas, señal de esperanza” - y este año, además de los 29.450 dólares enviados para el sostenimiento del día a día, ha aprobado un proyecto de 110.000 dólares para acometer una rehabilitación urgente que permita que esta “ciudad del seminario” pueda seguir funcionando otros cuarenta años.