“Dichosos los pies del mensajero que anuncia la paz”
frágiles y pequeños,
que un día salieron de nuestra tierra,
para recorrer caminos y compartir con otros
la Buena Noticia del Reino.
Dichosos
tus OJOS,
que han descubierto la mirada de Dios en
los pobres,
y has fijado, para siempre, como Él tus
ojos en ellos. Ojos llenos de ternura y compasión,
que van invitando a reconstruir la
fraternidad, rota por guerras y divisiones.
Dichosa
tu LENGUA,
que proclama la Alegría del amor de Jesús,
allí donde aún no se le conoce,
o se le conoce y se le olvida.
Y entonas el Magníficat de la liberación
ante el sufrimiento de los indefensos.
enamorado de las bienaventuranzas,
que rebosa de amor por los olvidados
y recorre, junto a ellos, la apasionante
aventura
de construir el reinado de Jesús,
con gestos de justicia y misericordia,
en las periferias del mundo.
Con profunda
admiración y gratitud, desde esta bendita tierra de Extremadura, te deseo una Feliz Navidad.
Un abrazo, Pedro Jesús
Mohedano