6 de enero: DÍA DE LOS CATEQUISTAS NATIVOS Y DEL IEME
SOMPHONG= LA MAESTRA
Cecilia
Somphon (su nombre significa “maestra”) nació en un pueblecito de Tailandia,
llamado Huey Suam. Es uno de los pocos pueblos que existen en el país compuesto
en su totalidad por católicos.
Era
muy joven y acababa de casarse, cuando los ancianos de la comunidad se
presentaron en su hogar para suplicarle que aceptara prepararse para ser la
catequista de la parroquia.
Somphon
acogió la invitación “como una llamada, no de los ancianos de la
comunidad, sino de Dios”, que le pedía disponibilidad para desarrollar una
preciosa misión.
Estaba
dispuesta a “aceptar que se hiciese en mí
la voluntad de Dios, que siempre nos da la ayuda para realizar las obras que
nos encarga y más si estas son llevar a otros su Palabra… Desde aquel primer
momento mi vida cambió”, confiesa Somphon; “de una vida marcada por el dolor de haber perdido a mis padres de
niña, vivir la soledad de la falta de familia y amigos y ello en medio de la
miseria que toda guerra genera, pasé a experimentar la “ALEGRÍA” de sentirme llamada a formar parte activa en
la comunidad cristiana…Y así aquella niña solitaria, huérfana y despreciada por
muchos que había sido yo, había llegado a conocer más en profundidad a los hombres
y mujeres de mi entorno, a Jesús el Cristo y al Dios Padre de todos”.
Dios
ha llenado la vida de esta catequista de una profunda pasión: “Encontré el Amor que Dios me tiene y ello
me ha hecho encontrar la felicidad y tener la Fortaleza para anunciar, desde
entonces, a niños y mayores la Verdad de Dios y el Amor que Él nos tiene a cada
uno de nosotros… Algunos de los niños
a los que he acompañado han llegado a ser ordenados sacerdotes o a profesar en
diferentes congregaciones religiosas y esta bendición de Dios sobre ellos también me
ha dado especial alegría”.
A
pesar de los nuevos tiempos que corren por el mundo y las dificultades que esto
entraña, Somphon mantiene viva la alegría. Una alegría que aumenta cada día: en la catequesis con los niños,
en la relación con los enfermos a los que visita por las casas, en la relación
con los cristianos y con los pocos budistas que habitan este pueblo.
Más de 3 millones de
catequistas, al igual que Cecilia Somphon desarrollan en la Iglesia una misión
insustituible. Reciben diversos nombres: Líderes cristianos, Delegados de la Palabra o Catequistas de
comunidades en misión. Son un auténtico
regalo, que alegra no sólo la vida de las comunidades cristianas donde viven,
sino que son una esperanza alegre para la extensión del Reino de Dios,
especialmente en las misiones. Por eso la Iglesia les dedica con especial
consideración esta jornada.
Epifanía
es fiesta misionera para la Iglesia. Nos invita a seguir el ejemplo de los
Magos: buscaron al Señor, contra viento y marea, hasta que lo encontraron. También nosotros tenemos el reto de
encontrarnos con Él, para disfrutar de
la alegría de anunciarlo. Esta etapa sinodal de nuestra Diócesis es una buena
ocasión para reavivar el compromiso misionero de todo el Pueblo de Dios.
En
esta Jornada colaboramos con los catequistas nativos y, también, con los
sacerdotes del IEME (Instituto español de Misiones Extranjeras), entre los
cuales está en Mozambique, nuestro querido Francisco González Jiménez,
realizando generosamente la misión de compartir la alegría de la fe con los
pobres.
Pedro
Jesús Mohedano Santibáñez
Delegado
de Misiones, Coria-Cáceres