UN DOLOR GRANDE...QUE NO CESA
La
guerra, alentada por poderes invisibles, pero por intereses muy visibles, sigue
produciendo estragos en el mundo. Millones de personas, sin comerlo ni beberlo,
se encuentran involucradas en conflictos que ellos no han creado y, lo que es
peor, sufren las consecuencias en sus propias carnes. En todas estas
situaciones, los niños siempre llevan la peor parte.
UNICEF describe en su informe de 2015
algunas de estos escenarios:
En
Siria: más de 5,6 millones de niños necesitan apoyo. Y 1,7 millones de niños
han huido a países vecinos.
En
la República Centroafricana: los niños han sido asesinados, mutilados y
aterrorizados por la brutal violencia entre comunidades…
En
Sudán del Sur: 12.000 niños pueden haber sido reclutados por las fuerzas y
grupos armados. Al menos 235.000 niños menores de cinco años padecen desnutrición
aguda grave.
República
Democrática del Congo; el conflicto armado continúa, con 2,7 millones de
personas desplazadas y más de 2,25 millones de niños sufriendo desnutrición
aguda grave.
Sahel: Como resultado de la continua crisis nutricional, se calcula que 6,4 millones de niños menores de 5 años sufrirán desnutrición aguda.
Iraq: 5,2 millones de personas están
afectadas por la crisis, entre ellos 2,2 millones de desplazados internos (el 50% niños) repartidos por 2.000 lugares.
Nigeria,
Sudán del Sur, Somalia, Yemen, Myanmar, Afganistán, Palestina, Colombia…se han
convertido en un actualizado calvario, por donde caminan millones de personas,
cargadas con una pesada cruz, mientras el resto de la humanidad miramos hacia
otro lado.