Carta del obispo a los niños
de primera comunión
Queridos niños y niñas de
Primera Comunión:
Ya se acerca ese día tan especial para el que lleváis
tres años de preparación en vuestras catequesis, con la ayuda siempre necesaria
de catequistas y sacerdotes, con la ayuda de vuestros padres, que, al fin y al
cabo, son vuestros primeros catequistas. Sé que son muchas cosas las que habéis
aprendido en este recorrido de fe.
Habéis conocido más a Jesús, a través de
sesiones de catequesis, a través de actos, convivencias y celebraciones que os
han acercado al Evangelio de Jesús.
Jesús es el mejor ejemplo a
imitar, por eso el Papa Francisco te invita, también con mucho amor, a que leas
los Evangelios, y a que tú, que vas a comulgar por primera vez, invites a tus
padres, a tus hermanos, a tu familia y a tus amigos a leerlos; solo de esta acción,
sacarás hermosas enseñanzas que te servirán a lo largo de la vida. Pero debes saber, que este día, el día de tu
Primera comunión, es el día de tu encuentro vivo con Jesús, donde Él y tú
seréis uno. Él se hará pequeño para entrar en tu corazón. Este es el comienzo
de un largo y apasionante recorrido juntos.
¡Qué suerte tienes!, Dios te
ha elegido para ser testigo suyo. A partir de ahora, cuenta contigo para el
bien. Cuenta contigo para que tu corazón de niño, tu corazón de niña, sepa ver
a Jesús entre los más necesitados, entre los más pobres, entre los enfermos,
entre los refugiados e inmigrantes. Todos ellos necesitan de tu sencillez y
espontaneidad, todos necesitan encontrarse con corazones limpios como el tuyo.
Al hacer la primera
Comunión, te conviertes en ese misionero de paz que sella su corazón al Amor de
Jesús Eucaristía en un acto de valentía y entrega incondicional.
A partir de ahora, Jesús te
esperará cada domingo con los brazos abiertos, te sonreirá complaciente al ver
que te acercas al Altar para estar con Él a lo largo de los años que dure tu
vida. La Virgen, al verte, también sonreirá
feliz.