Feliz Navidad desde Mucumbura
(Mozambique)
Desde la Misión de
Mucumbura, en el Oeste de Mozambique, frontera con Zimbabwe, quiero desearos a
todos los diocesanos de Coria-Cáceres una feliz Navidad. Navidad siempre es
Navidad, ¿verdad? Creo que para todos este año 2020 que estamos terminando ha
sido un año muy diferente. Por la información que me llega a través de los
medios de comunicación, ahí ha sido un tiempo muy difícil, y lo sigue siendo, a
pesar de la esperanza de que con la vacuna todo vuelva poco a poco a la
normalidad. Aquí en Mozambique también nos ha afectado de manera significativa
esta pandemia, aunque no de la manera que lo ha hecho en España. A finales de
marzo se decretó el Estado de Emergencia que estuvo vigente hasta septiembre en
que se declaró el Estado de Calamidad, en el que continuamos. En los primeros
meses se prohibieron las actividades que reunían un número grande de personas,
así se cerraron las escuelas y se prohibieron los cultos religiosos y demás
actividades parroquiales. Otras medidas de limitación de la movilidad han
afectado a la actividad ordinaria de las personas, aumentando la situación de
pobreza de muchos, complicando la ya difícil tarea de conseguir al menos el
alimento de cada día.
Si todas las limitaciones
que se han impuesto han provocado un mayor sufrimiento a este pueblo que ya
conoce de sobra lo que son las dificultades, los datos de la enfermedad no han
sido excesivamente graves, en comparación con otras latitudes. Hasta ahora en
Mozambique, un país con casi treinta millones de habitantes, han muerto a causa
del coronavirus 139 personas. En Tete, la provincia y diócesis en la que me
encuentro, con cerca de tres millones de habitantes, ha habido desde el inicio
de la pandemia 3 muertos por Covid-19, con 500 personas que han sido
diagnosticadas con el virus. Parece que nadie consigue dar una explicación
convincente del motivo por el que en la mayor parte de los países africanos
esta pandemia que ha sido terrible en buena parte del mundo, aquí, donde se
temía que podía asolarnos por nuestros frágiles sistemas de salud, ha sido
bastante benévola hasta ahora. Desde algunas instancias apuntan a que es debido
a que se adoptaron medidas a tiempo viendo la grave situación de otros lugares.
Otros opinan, sin mucho fundamento científico, que es debido a que aquí ya hay
muchos virus malignos que han impedido la extensión de éste o que nos han
protegido de él por inmunidades desarrolladas en este contexto que siempre ha
sido duro, porque aquí siempre se ha muerto mucho, muy pronto y por muchos
motivos, y se sigue muriendo mucho, excesivamente pronto y por muchos motivos.
Pero como decía, Navidad
siempre es Navidad. A pesar de las muchas adversidades que acontezcan a nuestro
lado, esperamos la venida de Aquel que llega para salvarnos. Cuanto más
frágiles nos sentimos, y aquí en África la sensación de fragilidad forma parte
de nuestras vidas, más esperamos que Alguien vendrá a anunciarnos que el miedo
y la tristeza van a terminar, que las tinieblas de la enfermedad, la muerte, el
hambre, la desesperación… van a desaparecer con la luz del Niño que va a nacer
en Belén. Por eso con una gran sonrisa y llenos de alegría, decimos como cada
año: FELIZ NAVIDAD.
Paco
González. Misionero en Mozambique. Sacerdote diocesano de Coria-Cáceres. Miembro
del IEME.