Congregación: Hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús.
Todos los bautizados hemos recibido la misión, el encargo, la vocación, la responsabilidad de participar solidariamente en la misión de la Iglesia, por lo tanto la obra de la evangelización supone, en el evangelizador, un amor fraternal siempre creciente hacia aquellos a los que evangeliza.
Es el mismo amor que me trajo desde mi amado Cáceres a tierras peruanas, mis padres Don Pedro Sánchez Jiménez y Doña Emilia Ledo Sánchez naturales de Casas de Don Antonio, Cáceres, inculcaron en mi un amor profundo a la iglesia y a Cristo, amor que me he esmerado en prodigar en mis hermanos peruanos de la Diócesis de Chachapoyas, tierra que me acoge desde el año 1994. Mi labor religiosa como corazonista, acompañada de una hermana chilena y dos angolanas, se desarrolla entre las andinas comunidades de mi parroquia de santo Tomas, tierras flanqueadas por los ríos Marañon y Utcubamba, comunidades y pueblos que se han robado mi corazón.
Del mismo modo me desempeño como Directora de la Oficina Diocesana de Educación Católica de la Diócesis de Chachapoyas, por encargo de Monseñor Emiliano Cisneros Martínez, desde el año 2004 hasta la fecha, y como labor social en Chachapoyas tengo bajo mi dirección el internado para jóvenes de bajos recursos que cursan estudios de Universidad e Instituto Tecnológico.
En la Parroquia de Santo Tomás, conformada por treinta comunidades rurales entre centros poblados, anexos y distritos, parroquia que está bajo la responsabilidad de nuestra comunidad religiosa, tenemos en la sede parroquial bajo la dirección de nuestra congregación el internado para niños y adolescentes de estudios secundarios de las comunidades lejanas que no cuentas con posibilidades de estudio, un centro médico y laboratorio de análisis clínico para personas de escasos recursos económicos, una panadería y todo esto fortalecido por la labor de anuncio de aquel que nos amo primero y nos llamo a esta noble misión de darlo todo por nuestros hermanos, especialmente los más necesitados, en las comunidades más lejanas de la Parroquia de Santo Tomás, unas veces a lomo de bestia y otras de a pié, siempre con el corazón lleno de júbilo y un mensaje de amor en los labios, sólo me queda como buena corazonista decir, a ejemplo de nuestra Madre fundadora Isabel Larrañaga, GRACIAS POR TODO POR TODO.