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8 de octubre de 2012

Nos escriben desde Lima (Perú)


Mi estimado hermano :
Cómo no creer en Dios, si hay personas como tu que me lo recuerda cada día. Gracias por tu recuerdo y por  este canto, que me hace sentir a Dios tan cercano.
Nuestro Padre, está siempre cercano a nosotros, aunque a veces no lo sintamos así. También nosotros quisiéramos que los hermanos nos sintieran cerca, no siempre es fácil; aún en estos tiempos en que tanto se nos facilita la comunicación, se dan situaciones personales en las que compartir tu vivir, abrir tu corazón, se te dificulta pues sientes que no vas a comunicar esa Buena Noticia que quisieras dar, al hacer llegar al otro la realidad dura que compartes con los que están cerca de ti.
Es cierto que en Lima hay cosas buenas, bellas y gente feliz, pero te marca tanto la otra realidad, el sufrimiento de tantos hermanos, que llegan a tu puerta cada día, piden comida, ropa, algo de plata para pagar los remedios del familiar que está en el hospital, o para regresarse a su pueblo , pues vino a trabajar a Lima y no hay trabajo y no puede pagarse su pasaje, en fin mil situaciones que te hacen sentirte tan incapaz de llegar a todo y que lo poco que haces te parece nada, te queda el dolor en el corazón de no poder dar la mano a cada uno que te la tiende.
Disculpa que mi compartir tenga un color tal como está hoy el cielo de Lima, gris y así llevamos tres meses, sin duda esto también afecta a nuestro ánimo, el invierno acá en esta ciudad es así, ni llueve ni sale el sol, estamos a la espera de que la primavera se haga presente y el hermano sol nos haga sentirnos renovados.
Ya ves por lo que no escribo, y cómo está mi corazón. Si el Señor se empeña en mantenerme con vida, espero sea así, dentro de poco más de un año estaré visitando a mi familia y confío poder saludar personalmente no solo a Monseñor, al que no conozco en persona, sigo con interés todo lo que nos comunican sobre su tarea, así como todas las demás noticias, que agradezco de corazón, pues así estoy algo al día de lo que se vive en esa querida tierra.
En este momento pienso que si no me brota del corazón contar cosas de Lima, si que siempre estoy lista para hacerlo compartiendo alguna de las cosas que se viven hoy en la Selva, así espero hacerlo un día de estos.
Con el deseo de todo lo mejor para ti y los que comparten tu vivir, mi cariño para todos, a Lola y Antonio, que los recuerdo mucho. Gracias una vez más por tu recuerdo y oraciones, también te tengo presente en las mías. Que la Paz del Señor te llene.
María Donoso