En la solemnidad de Cristo Rey del Universo, la
archidiócesis de Ouagadougou, capital de Burkina Faso, celebró la clausura del
centenario de la llegada de las hermanas misioneras de Nuestra Señora de África
a Burkina Faso. Era también la fiesta de las hermanas de la Inmaculada
Concepción (SIC), las hermanas de la Anunciación de Bobo (SAB) así como las
hermanas Nuestra Señora Du Lac Bam (NDL), de las que ha sido congregación madre
las hermanas de Nuestra Señora de África.
La coral del noviciado de SIC tomó parte activa en la
animación de la misa de acción de gracias para recordar los cien años desde que
las primeras hermanas pisaran el suelo del entonces llamado Alto Volta.
Según el arzobispo metropolitano de Ouagadougou, Mons.
Philippe Ouédraogo, "esta acción de gracias es también la de toda la
familia diocesana y de toda la población, beneficiaria de la presencia de las
hermanas blancas". "Celebramos –añadía- cien años al servicio del
anuncio de la Palabra de Dios pero cien años también, al servicio del
desarrollo integral del hombre". Fundada por el cardenal Lavigerie, esta
congregación reagrupa en efecto, a religiosas que se consagran de corazón para
que las poblaciones africanas conozcan a Cristo. Puesto que el fundador estaba
convencido que el anuncio de la Buena Noticia de Cristo debía estar en manos de
las mismas poblaciones indígenas, podemos afirmar con toda razón que estas
hermanas misioneras son auténticas hijas del Cardenal Lavigérie. La creación de
colegios técnicos, fundados por todo el país, así como los innumerables centros
médicos, son una muestra de su labor a lo largo de estos años. En el campo
social, las hermanas se volcaron a favor de las capas sociales más vulnerables
como la mujer, y en especial en ayuda de las viudas y los huérfanos.
Por todo el continente africano hay una deuda
reconocimiento hacia esta congregación. Por esa razón, el arzobispo Philippe
Ouédraogo y Mons. Joseph Sama de Nouna que concelebraba, aprovecharon la
ocasión de esta celebración eucarística jubilar, para rendir homenaje a la
comunidad de las hermanas Blancas, en nombre de toda la Iglesia Familia de Dios
en Burkina Faso. Los prelados señalaron que “la vida de las hermanas misioneras
de Nuestra Señora de África es una llamada a toda la Iglesia Familia de Dios en
Burkina Faso a ser responsable en su marcha hacia el encuentro del Cristo”.