La Congregación Santo Domingo, que tiene una comunidad en
Azuqueca de Henares, en Guadalajara, trabaja en Tailandia, en la ciudad de Udon
Thani, al noreste del país donde tiene una Casa Hogar para acoger a niñas de
familias muy pobres del campo, que no tienen posibilidades de promocionarse.
Este es el tercer curso que acogen a estas niñas en la
casa Hogar Nuestra Señora del Rosario. Muchas de ellas, además de pobres son
abandonadas por sus padres, y viven con una abuela o una tía que carecen de
recursos económicos. Actualmente tienen a 21 niñas, en edades comprendidas
entre 8 y 15 años. Les ofrecen vivienda, alimentación, estudios en un colegio,
transporte, médicos, medicinas, libros y material escolar. Se les ayuda y
orienta en las tareas escolares diarias y reciben catequesis semanalmente.
Lo que más cuidan en esta Casa Hogar es el ambiente de
comprensión y cariño para ellas, al mismo tiempo que la exigencia del
cumplimiento de los compromisos adquiridos, y la formación humano cristiana
integral, que complementa la formación recibida en el colegio.
Según cuentan las hermanas las niñas están felices y con
el propósito de seguir estando en esta casa el tiempo suficiente para poder
estudiar una carrera y así cambiar su futuro. “Es nuestro granito de arena para
que estas niñas, en vez de caer en las redes de la prostitución, como tantas
otras, se formen para conseguir un futuro digno. Ver sus sonrisas y sentir su
esperanza, es motivo de gran alegría”, comentan las hermanas María Teresa,
Neyda y Patricia, de la Comunidad de hermanas dominicas de Udon Thani,
Tailandia.
Esta Casa Hogar vive de la solidaridad de personas
generosas que colaboran en los gastos del Centro. Las familias de las niñas
solo colaboran con 50 kg de arroz al año, que es el alimento base, tanto del
desayuno como del almuerzo y cena.
Las hermanas agradecen a todos sus oraciones y
colaboración. “Dios paga con creces lo que damos a sus hijos más pobres y
nosotras agradecemos con nuestras oraciones diarias por todos los
bienhechores”.