Fernando de Haro, periodista y autor de "Cristianos
y Leones", libro de viajes en el que se narran los conflictos que dominan
el comienzo del siglo XXI, y por donde desfilan héroes silenciosos que, sin
quererlo, se han visto obligados a pagar un precio altísimo por ser fieles a lo
que creen, ha sido uno de los participantes en la 66 Semana de Misionología que
está teniendo lugar estos días en Burgos.
En su intervención, ayer por la mañana, ha destacado que
la fe, si es vivida como encuentro con Cristo, vale más que la vida. Ha
denunciado que la persecución religiosa es un hecho ignorado en la opinión
pública, cuando es una violación clara del derecho a la libertad religiosa. El
periodista ha subrayado que el martirio recorre la historia de la Iglesia, porque
los cristianos testimonian una Verdad superior a los gobiernos de turno, y se
convierten así en minorías “incómodas”.
Fernando de Haro puso como ejemplo casos como el de Asia
Bibi, que está en la cárcel desde hace 4 años por haber reconocido ante las muchachas
de su pueblo en Pakistán que Cristo había muerto por ella. El del ministro de
minorías cristianas de ese mismo país, Shahbaz Bhatti, que declaró que no tenía
miedo de entregar su vida por Jesucristo justo antes de ser ejecutado. El del
sacerdote sirio Rayid que fue secuestrado y asesinado en su país por no querer
cerrar su parroquia. Ejemplos actuales de mártires que, viviendo el
cristianismo en un ambiente hostil, no se han amedrentado ante las amenazas,
sino que han testimoniado su fe. De Haro ha denunciado que, a pesar de que el
martirio es una realidad actual –en 2001 fueron asesinados 100.000 cristianos-,
es silenciado por prejuicios ideológicos.
Y es que, según ha afirmado el periodista, en términos
absolutos hay más mártires que en los primeros siglos de la Iglesia. Y esta
persecución contra los cristianos acompaña la historia de la Iglesia, y se
sitúa en el centro de la historia actual. Fernando de Haro ha hecho un
recorrido por China, India y los países árabes mostrando que los cristianos son
incómodos, porque señalan algo más allá del poder estatal y la religión
oficial. Incluso en América Latina, los cristianos ponen en evidencia el
populismo que reivindica toda la verdad en sus culturas particulares. “Los
cristianos muestran que existe una ciudadanía en la que imperio y religión no
van unidos”, ha explicado.
También se refirió a la importancia de la transmisión de
la fe, una fe que no es abstracción ni sentimentalismo. “El mártir muestra un
apego a Cristo presente y real, que es más importante que la vida, y por eso
transmite la fe”, ha afirmado. Como ejemplo, ha hablado de Li Dao Min,
sacerdote católico en un campo de concentración de China, que sólo con su forma
de vivir –no podía decir que era sacerdote-, convirtió a un compañero de celda.
La tarde continuó con una mesa redonda, en la que
participaron la doctora en Estudios Islámicos Soha Abboud; Daniel Arasa,
escritor de “Cristianos, entre la persecución y el mobbing”; y Tomás Mi, un
diácono chino de la Iglesia perseguida. A continuación, tres misioneros
españoles en Argelia, Sierra Leona y Ruanda, testimoniaron cómo sufrieron
persecución en primera persona y el martirio de sus compañeros