El día 5 de octubre,
algunos miembros de la Delegación de Misiones,celebramos el encuentro del
Enfermo Misionero, por todo lo alto, con los residentes del Cottolengo del
P.Alegre. Casa grande que la providencia siempre la bendice con los signos de
las Bienaventuranzas. Todo allí es pequeño y grande, humilde y grandioso. Dios
derrama en aquella Casa un diluvio de gracia. No vamos a dar, sino a recibir,
porque la acogida surge de la fraternidad. Los pequeños del reino, enriquecen.
Llegamos y comenzamos con
la eucaristía. Al final, les regalamos un vistoso rosario misionero.
Después de la comida |
El testimonio misionero de
Carmen Muro, que les cautivó con su charla.
Y, para finalizar, fiesta
misionera, con cánticos y juegos.
Un día que no se puede
olvidar.