El pasado 6 de octubre, durante el tradicional Ángelus
del domingo, el Papa Francisco recordaba a los misioneros que dan su vida por
el Evangelio. Tras agradecer la hermosa jornada vivida en Asís el día anterior,
y recordar la hermosa petición del Evangelio del domingo, “Señor, acrecienta
nuestra fe”, el Papa decía:
“En este mes de octubre, que está dedicado especialmente
a las misiones, pensemos en tantos misioneros, hombres y mujeres, que para
llevar el Evangelio han superado obstáculos de todo tipo, han dado
verdaderamente la vida; como dice San Pablo a Timoteo: ‘No te avergüences del
testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte los
padecimientos del Evangelio, según la fuerza de Dios’ (2 Tim, 1, 8). Esto, sin
embargo, se aplica a todos: cada uno de nosotros, en nuestra propia vida de
cada día, puede dar testimonio de Cristo, con la fuerza de Dios, la fuerza de
la fe. ¡La pequeñísima fe que tenemos, pero que es fuerte! ¡Con esta fuerza dar
testimonio de Jesucristo, ser cristianos con la vida, con nuestro testimonio!”