Todo el equipo de la Delegación de Misiones de Ourense y
amigos de la Misión Diocesana ha compartido una tarde de Encuentro- Eucaristía
y Cena con Manuel Rodicio Pozo, sacerdote en la Misión Diocesana de Porto
Viejo, en Jipijapa, Ecuador. Este misionero fue el anterior delegado de
misiones de Ourense.
Según explican desde la Delegación de Misiones, “en estos
20 años de vida de la Misión Diocesana hemos sido testigos de su evolución,
cómo han progresado en medios y en infraestructuras en Evangelización, y cómo
están viviendo hoy la situación de aquella Iglesia que respira aires de
esperanza, en vocaciones, con muchos laicos comprometidos, catequistas que se
hacen responsables de recintos donde el sacerdote solo puede llegar de vez en
cuando.
Una Iglesia viva con muchos niños y jóvenes en la
catequesis, una Iglesia que te empuja a salir, a trabajar a moverte porque son
ellos los que no dejan que te ‘acomodes’. Una Iglesia donde se respira alegría,
fruto de esa ilusión de juventud, que nos ayudan a sentirnos vivos y como dice
Manuel Rodicio: ‘Estoy viviendo el momento más dulce de mi vida sacerdotal’”.
En la Eucaristía han dado gracias a Dios por todos los
misioneros de la Iglesia, por la misión y por la tarea evangelizadora de la
Iglesia Diocesana, “para que despertemos con fuerza como la primavera, y nos
hagamos responsables cada uno en su tarea, estando siempre abiertos a dar desde
nuestra pobreza”