En la Audiencia General celebrada el pasado 17 de
septiembre en la plaza de San Pedro de Roma, el Papa Francisco ha seguido
profundizando en su catequesis sobre la Iglesia desarrollada en audiencias
anteriores. Ha hablado sobre la Iglesia católica y apostólica. “La Palabra de
Dios se lee en todas las lenguas, todos tienen el Evangelio en su propia
lengua, para leerlo, y vuelvo sobre lo mismo: siempre está bien llevar con
nosotros un pequeño Evangelio, para llevarlo en el bolsillo, en el bolso, y
durante el día leer un pasaje. Esto nos hace bien. El Evangelio se ha difundido
en todas las lenguas, porque la Iglesia, el anuncio de Jesucristo redentor, es
en todo el mundo. Y por esto, se dice que la Iglesia es católica porque es
universal”.
Y más adelante añadía: “¿Qué implica, para nuestra
comunidad y para cada uno de nosotros, formar parte de una Iglesia que es
católica y apostólica? Sobre todo significa tomarse en serio la salvación de
toda la humanidad, no sentirse indiferentes o extraños ante la suerte de tantos
hermanos nuestros, sino abiertos y solidarios hacia ellos. Significa, además,
tener el sentido de la plenitud, de la armonía de la vida cristiana, rechazando
siempre las posturas parciales, unilaterales, que nos encierran en nosotros
mismos”.
El Papa Francisco ha mencionado como ejemplo de
catolicidad y apostolicidad a los misioneros: “Y aquí quiero recordar la vida
heroica de tantos y tantos misioneros y misioneras que han dejado su patria
para anunciar el Evangelio en otros países, en otros continentes. Me decía un
cardenal brasileño que trabaja mucho en la Amazonia que cuando va a algún
lugar, alguna aldea, alguna ciudad de la Amazonia, va siempre al cementerio y
allí ve las tumbas de estos misioneros, sacerdotes, hermanos y hermanas, que
han ido a predicar el Evangelio, apóstoles. Y piensa: todos estos pueden ser
canonizados ahora mismo, han dejado todo para anunciar a Jesucristo. Demos
gracias al Señor porque nuestra Iglesia tiene tantos misioneros, ha tenido
tantas misioneras, ¡y todavía tiene necesidad de ellos! Agradezcamos al Señor
esto. Quizá entre tantos jóvenes, chicos y chicas que están aquí, alguno tenga
ganas de hacerse misionero, ¡que siga adelante!, esto es hermoso, llevar el
Evangelio de Jesús. ¡Qué sea valiente!”.