• INFANCIA MISIONERA 2022


    ¡Comienza a preparar la jornada!
  • CONCURSO INFANCIA MISIONERA 2022


    Tú eres luz para el mundo
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES 2020


    ¡Así fue 2020 en Obras Misionales Pontificias!
  • AYUDA A LAS MISIONES


    Colabora con los misioneros españoles

23 de noviembre de 2017

LA MUJER MOZAMBIQUEÑA

Es tiempo de la mujer mozambiqueña
( por Montaña Malpartida)


Hay un proverbio africano que dice: Si educas a un hombre, educas a un individuo, pero si educas a una mujer, educas a una generación.
No sé el punto geográfico donde nació dicho proverbio, pero bien podría haber sido en cualquier lugar de Mozambique.
Hacía algo más de una década que no pisaba suelo mozambiqueño y este año, felizmente, volví a caminar sobre la tierra roja del norte, esa tierra roja, brillante y  oscura,  que se confunde con el rojo brillante y  oscuro del corazón humano.
No  vas a conocer Mozambique, decían.  Todo ha cambiado tanto…


Después de mi reciente paso por Mozambique, aún respiro su olor y lo sigo sintiendo como propio,  he de reconocer que ha habido cambios significativos, ¡faltaría más!,  La imagen de algunas ciudades ha mudado para bien, aunque la mayor parte de lo bueno y esto no es tan bueno,  está vetado a los autóctonos;  prósperos negocios, grandes hoteles, ricos restaurantes,  lujosas mansiones o elegantes barrios,  se extienden por doquier, pero en ellos,  escasean los mozambiqueños de a píe. Aquí en este amado país, también la pobreza más absoluta,  como en la mayor parte del mundo, tiene rostro de mujer. Es la mujer la que  sigue sufriendo  posiciones de clara  inferioridad con respecto al hombre
¡Claro que ha habido avances!,  ha sido grato comprobar que muchas de las mujeres que conocí hace años, hoy son médicas, profesoras de universidad, empleadas de bancas, periodistas, secretarias y muchas de ellas, madres de familia, que sienten el estudio como parte fundamental de su vida y la de sus hijos, sin desprenderse de su hermosa cultura.  Pero ese puñado de mujeres, no representan a la inmensa mayoría
…No vas a conocer Mozambique, me decían,  y sí,  desde el coche, desde la carretera, el cambio era notable, pero en muchos casos, pura fachada. Recorriendo barrios y  comunidades, compruebo que todo sigue igual.
Y a mis queridas macúas (etnia mayoritaria y más desfavorecida de Mozambique), por ejemplo,  se les sigue negando, en su mayoría, ya sea por cultura, por economía, o por el hecho de ser mujer, el acceso a un mundo mejor, el acceso a una educación digna.
La mujer,  en muchos lugares de Mozambique hoy, sigue viviendo como hace siglos, pero no porque así lo quiera, sino porque no sabe que puede elegir. Ella sigue levantándose antes del amanecer con  su enorme  balde para acarrear el agua que su familia necesita,  como le enseñó su madre, hace mil  años,  cuando   era una niña.
Una gran parte de ellas, también hoy, siguen buscando leña  y asegurando, al unísono, con una vieja capulana (paño usado en la vestimenta femenina) a su tercer o cuarto sorte. (como se les llama a los hijos) A la mayoría,  cada día, Les espera una larga jornada en las machambas (huertos familiares),  levantan su azada, preparando cada milímetro de esa tierra a veces áspera y a veces, poco generosa.  
Al caer la tarde, muchas mozambiqueñas, se sientan sobre su estera, con las piernas extendidas y los pies cruzados, conversando entre   amigas y  amamantando a su último bebé,  mientras los últimos rayos de sol iluminan los montes o las sombras y donde las más soñadoras,  suspiran levemente,  mañana será otro día y ojalá éste, llegue con buenos augurios para nosotras y así  podamos tener la capacidad de elegir y  ser protagonistas de nuestra historia y nuestro futuro por derecho.  

Ojalá, la próxima generación de mujeres en Mozambique, se sienta en la libertad de poder elegir y tomar  las riendas de su propio futuro y exigiendo con fuerza su espacio en las escuelas, en las universidades,  en la política y  en la iglesia. Quizá en sus manos, el panorama sería más justo.   

Montaña Malpartida