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9 de abril de 2013

El misionero José Manuel Zapata desde Mozambique


José Manuel Zapata, misionero laico de la localidad manchega de Villarrubia, y que pertenece a la Asociación de laicos misioneros de la Iglesia al servicio de los pueblos del Sur, OCASHA, escribe desde su nueva misión en Mozambique.
“Buenos días desde el África Austral. ¿Cómo lleváis el invierno en España? Después de 5 días en Maputo y otros 5 en Tête, ya puedo comenzar a contar “cosicas”... La primera es que estoy bien, el calor es llevadero y me siento muy acogido por donde voy...
A mi llegada a Tête, me estaban esperando mis compañeros de equipo: un sacerdote tanzano de 30 años, ordenado el año pasado y un cura colombiano de 47 años. Formamos un nuevo equipo de misioneros de la Consolata en esta diócesis (donde este instituto misionero no estaba presente) a petición del obispo, Dom Inácio, mozambiqueño de 50 años, también misionero de la Consolata. De momento todo es nuevo para los 3 mosqueteros. No tenemos casa propia, y estamos viviendo en la casa del obispo. Vamos a iniciar la presencia de la iglesia diocesana en un distrito, Maravia (17.000km2 y 100.000 almas), donde nunca hubo una presencia permanente de sacerdotes, ni parroquia...Ocasionalmente los misioneros españoles del IEME visitaban estas comunidades, pero durante la Guerra de Independencia, en 1972, los padres del IEME salieron de esta zona. Después llegó la Guerra Civil (1977-1992 aprox.) lo que complicó aún más la cosa... Durante los últimos 40 años, han sido los propios catequistas y animadores laicos de las comunidades, (el propio pueblo) los que han vivido su fe en Jesús sin ningún apoyo de fuera, sin ninguna formación, sin eucaristía, sin sacerdotes, sin un contacto con el resto de la Iglesia.
Así que no sabemos lo que nos vamos a encontrar, esta por conocer, aunque mis compis ya fueron a visitar la capital del distrito, Fingoé. Hay una capilla, pero no tenemos casa, así que está previsto que vivamos en la sacristía y el despacho anexo a la capilla hasta que se construya una casa modesta donde poder reclinar la cabeza. Tampoco tenemos coche, y para estos terruños hace falta un 4x4. La diócesis nos presta uno temporalmente hasta conseguir uno de segunda mano. Solo nos hace falta dinero para el coche y para la casa, cosa que todavía no sabemos de dónde vamos a sacar...Esto complica las cosas, y a la vez sentimos que nos acerca a la gente sencilla que vive allí, no llegamos como los misioneros que tienen dinero y todo resuelto, sino que vamos a comenzar un poco a la cuarta pregunta. Para rematar el panorama, en ese distrito se habla poco el portugués, y se hablan varias lenguas bantús, siendo el Chechewa la que se usa para las celebraciones litúrgicas. Solo el Chechewa tiene una gramática que se pueda estudiar, así que de momento estamos estudiando Chechewa...
De momento esto es lo que puedo contar. Todavía aterrizando, viviendo el ahora, disfrutando de estos momentos, aprendiendo, conociendo...”.