Gracias a la solidaridad de Orihuela-Alicante en estos
momentos se encuentra de camino hacia Perú un contenedor de más de 20
toneladas. El destino es una de las zonas más deprimidas de Lima, Lomas de
Carabayllo, donde trabaja desde hace varios años el misionero y sacerdote
diocesano, Manolo Gutiérrez. Su contenido es calzado, material escolar, de
deporte y de confección, juguetes, medicamentos, ropa, sillas metálicas, alimentos…
Y sus principales beneficiaros serán más de doscientos niños y niñas de
primaria y secundaria, cuyas familias son de muy bajos recursos económicos, y
un grupo de ancianos que han sido abandonados por sus hijos.
Se trata de una iniciativa llevada a cabo por la
Fundación Misión y Promoción de la diócesis de Orihuela-Alicante que ha contado
con el apoyo en la organización del Grupo de Misiones de Catral. Precisamente
el trabajo e implicación de este grupo de voluntarios ha sido vital para
coordinar, preparar y enviar esta ayuda que, con mucho esfuerzo y solidaridad,
se ha conseguido reunir.
El contenedor ya ha salido desde Catral rumbo a Perú, con
20.910 kg de productos que ayudarán sobre todo a mantener el comedor parroquial
infantil que coordina el misionero Manolo Gutiérrez y en el que todos los días
comen más de doscientos niños y niñas de primaria y secundaria. “Pertenecen en
su mayoría a familias rotas y con muy pocos recursos”, explica el sacerdote.
Este proyecto incluye no solo menú diario sino también apoyo escolar. “Así
cubrimos también la necesidad de trabajo que tienen sus madres que pueden salir
a Lima a trabajar sabiendo que sus hijos acuden al centro y estudian”, añade el
misionero. En este comedor se está atendiendo también a un grupo de ancianos
que han sido abandonados por sus hijos.
Según el sacerdote, el resto de material que se reciba se
empleará en otro de los proyectos puestos en marcha. El Policlínico Parroquial
es uno de ellos “desde el que se atiende a personas y familias con necesidades
sanitarias y en extrema pobreza”, explica el misionero.
“La harina nos vendrá muy bien para seguir manteniendo
los precios y la calidad de la panadería parroquial que fabrica productos para
esta zona tan empobrecida y a precios bajos permitiendo que cuatro personas que
no tenían trabajo vivan de la misma”, cuenta Manolo. Además, se podrá seguir
manteniendo un taller de costura dirigido especialmente para mujeres sin
recursos, favoreciendo su reinserción laboral.
El Grupo Parroquial de Misiones de Catral lleva
colaborando más de quince años con este misionero diocesano. Además el envío de
este contenedor ha sido posible gracias a los voluntarios de la Cam, Cáritas de
la parroquia de San Pedro Apóstol de Granja de Rocamora, Calzados Cutillas,
Cáritas de Pinoso, Parroquia de San Andrés de Almoradí, la Cofradía de la
Resurrección de Orihuela, Harinas Benejuzar S.L., Panadería Toma Pan y Toma
Lanas (que donaron la harina) y a las farmacias de Orihuela y Catral. Los
costes del envío han sido sufragados por la Fundación Misión y Promoción de la
Diócesis de Orihuela-Alicante.