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3 de septiembre de 2012

50 años de presencia de los dominicos en Chimbote, “viendo los diferentes rostros de Cristo”

Fr. Lino Dolan O.P.
El 26 de noviembre de 1962 el Papa Juan XXIII creaba la Prelatura de Chimbote, en Perú. El primer obispo de la prelatura fue Mons. James Edward Charles Burke, dominico norteamericano, puesto que Chimbote se encomendó a los dominicos de la Provincia de San José de New York. Con Mons. Burke llegaron otros misioneros, que incluso adquirieron la ciudadanía peruana, como Fr. Lino Dolan quien todavía sigue en Chimbote.
La labor de los dominicos en estos cinco años ha permitido que Chimbote pase de ser una prelatura territorial a una diócesis de pleno derecho en 1983. Según señalan los mismos dominicos, se aplicaron las orientaciones del Concilio Vaticano II y de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericana de Medellín de 1968. Por eso, se preocuparon por la formación de laicos con la Escuela de Catequesis, por la creación del CAS (Centro de Acción Social) para aplicar la doctrina social de la Iglesia, por la orientación a los jóvenes y a la familia, por la formación de vocaciones.
Crearon iniciativas, como el CECOPROS (Centro de Comunicación y Promoción Social Santo Domingo), experiencia compartida de la familia dominicana, creado por un dominico pero dirigido aún por religiosas Dominicas de la Paz y laicos. Pusieron en marcha - Fr. Agustín Evans - el Centro de Educación Especial, dirigido hoy por Franciscanas, el Centro de Retiros Santo Domingo, al que acuden casi 100 jóvenes todas las semanas, crearon 5 nuevas parroquias…
En estos 50 años sufrieron el terremoto de 1970 y la época de violencia que sacudió después a Perú
Como señala Fray Héctor Herrera, actual superior de la Parroquia Catedral San Pedro de Chimbote, “recordar estos 50 años es revivir las experiencias de grandes pastores como Fr. Juan Corr, Fr. Bernardo Smith, Fr. Agustín Evans, Fr. Tomás Krafft, hoy misionero en África”, que permitieron que la Orden Dominicana aprendiera, en el quehacer diario con los pobres, a ver los diferentes rostros de Cristo