
El arzobispo de Cali solicita al Gobierno ordenar “un
alto en la guerra ofensiva con bombardeos y emboscadas, y permita prevalecer la
razón de los diálogos”. Al alto mando militar lo llama a que asuma el desarme
de la población, suspenda el porte de armas y las licencias a civiles para
adquirirlas, y coopere con la policía “en crear condiciones para reducir el
índice de asesinatos, especialmente en los perímetros urbanos”.
A la subversión le pide que “suspenda ataques a puestos
de policía y de ejército, a poblados y zonas urbanas, congele la siembra de
minas, permita la movilidad rural y urbana sin restricciones”.
A los miembros de las Bandas Criminales (Bacrim) y de las
“pandillas”, los invita a que “levanten” las fronteras invisibles, suspendan
los tropeles y tiroteos que dejan siempre “balas perdidas”, congelen las
“vacunas” y extorsiones, levanten las amenazas u órdenes de desplazamiento
forzoso, eviten toda actividad de ataque a personas y autoridades, guarden en
sus arsenales los “fierros”, se alejen de los espacios de celebraciones
religiosas, de movilidad, deporte y recreación.
De igual manera, para apoyar los diálogos de paz que se
llevan a cabo en La Habana y expresar respaldo a esta propuesta de la Tregua de
Dios por Semana Santa, Mons. Monsalve Mejía invita a todos a vestir de blanco y
llevar objetos de este color en las celebraciones.