“Propiciar el
vínculo emocional con Cristo”. Esta es la aportación que el primer anuncio del
Evangelio da a la misión, afirmó repetidamente el profesor Xavier Morlans en la
Jornada de la Cátedra de Misionología, que tuvo lugar ayer en la Universidad
Eclesiástica San Dámaso de Madrid.
Una jornada que comenzaba con el saludo del Decano de la
Facultad de Teología, el profesor Gerardo del Pozo. Sus palabras pusieron de
relieve el papel de las cátedras especializadas de la Universidad como lugares
de reflexión y estímulo de aspectos esenciales de la vida de la Iglesia. Pero
es que, insistió, la misión no es un punto más, sino el centro mismo de la vida
de la Iglesia, como declaró el Concilio Vaticano II.
A continuación, el Director Nacional de las Obras
Misionales Pontificias en España, Anastasio Gil, presentó el acto. Comenzó
dando gracias a Dios por el camino que va realizando la Cátedra que, además de
desarrollar actividades, con la de ayer ha llegado ya a su cuarta Jornada de
estudio. Manifestó que el tema de la Jornada estaba en íntima relación con el
plan pastoral de la Conferencia Episcopal Española y el plan de acción de la
Comisión Episcopal de Misiones. Recordó además las palabras del papa Benedicto
XVI, en Cuatro Vientos, con las que invitaba a no guardarse a Cristo para uno
mismo, e ir a comunicar la fe en Cristo a un mundo necesitado de él.
Xavier Morlans comenzó su ponencia exponiendo las
características del cambio de época que vivimos y los retos a los que la
Iglesia debe responder. Insistió que el hombre moderno es alguien que trata de
romper todo tipo de vínculo, hasta los más íntimos y sagrados, en un proceso de
individualización cada vez más acentuado. Dado que la religión es vinculación,
es inevitable que afecte a la fe. Además los cauces tradicionales de
transmisión de la fe, a causa de este mismo proceso, también son ineficaces.
Familia, escuela, parroquia… se ven muy mermados en su labor de educación en la
fe.
Por todo ello, la Iglesia debe recurrir de nuevo a la
herramienta de la que se sirvió en sus orígenes para transmitir la fe: el
primer anuncio del Evangelio. Insistió en que el objetivo del primer anuncio es
crear un vínculo emocional de fe y amor con Cristo. Sin él no hay
convencimiento ni vivencia profunda de la vida cristiana. El resto de las
actividades pastorales, explicaba, tienen como fin hacer crecer la fe, pero, si
no se ha plantado previamente la semilla de la fe misma, es muy difícil que
rindan todo lo que pueden rendir.
También describió los recelos que en algunos ambientes
eclesiales puede suscitar esta propuesta de retorno al pasado o de un cierto
proselitismo. La respuesta a estos reparos estriba en encontrar las formas de
llevarlo a cabo. Formas que acompañen con la palabra el testimonio cristiano
que ya se está dando. Se trata de recuperar algo esencial del Evangelio que los
largos siglos de cristiandad han relegado. El Evangelio ya no se transmite por
ósmosis sino que es urgente proponer la fe como un diálogo con naturalidad y
amistoso a las personas.
Anastasio Gil le agradeció su intervención, uniéndose a
su deseo de que se vuelva a tomar conciencia en la Iglesia de la necesidad del
primer anuncio. Las delegaciones diocesanas de misiones puedan ser un estímulo
para ello, al ofrecer la experiencia y el testimonio de los misioneros. Ya que,
recordaba el Director Nacional, Benedicto XVI consideraba la misión ad gentes
como el ejemplo y paradigma de la actividad pastoral.
La Jornada continuó con la mesa redonda en la que los
testimonios de misioneros corroboraron las palabras de Xavier Morlans. Juan
Antonio Fraile mostró cómo cultura y educación siempre han ido unidas a la fe.
Desde su experiencia en la República Democrática del Congo, explicó cómo la
educación es un poderoso testimonio a la vez que un instrumento de promoción
humana y eclesial, al formar profesionales y catequistas. La hermana Magdalena
Rivas contó su experiencia de testimonio cristiano. Un testimonio de caridad a
través de la sanidad en el Chad: un país azotado por guerras, sequías, pobreza
extrema, etc. Jaime Calvera habló de la importancia del canto y de la expresión
corporal para la vivencia y transmisión de la fe. Un convencimiento que nace de
su experiencia con el coro “Voz de esperanza” de su parroquia en un suburbio de
Pretoria, República Sudafricana. Al finalizar el profesor Juan Carlos Carvajal
agradeció las intervenciones de todos los participantes.