
Una vez en la India entró en la Sociedad de Jesús, María
y José, la congregación religiosa a la que perteneció durante 36 años hasta su
muerte. La religiosa australiana dedicó su vida a cuidar a los enfermos y a dar
consuelo a los afligidos. Pío XI le envió una especial bendición apostólica
agradeciendo su labor por los más necesitados. A su centro de salud acudían multitudes
que llegaban incluso de aldeas muy lejanas. Tenía un enorme celo por hacer
llegar la asistencia médica a todos. Su pequeño dispensario en Guntur creció
hasta convertirse en el Hospital de San José, en el que, durante años, Mary fue
la única doctora.
La situación social de la India de aquel entonces en la
zona de Andra Pradesh era terrible. La pobreza, la superstición y las
enfermedades se cobraban un duro peaje en vidas humanas, sobre todo de niños.
Mary luchó contra los prejuicios y la ignorancia y, en 1942, fundó la Catholic
Health Association of India (CHAI) que hoy sigue siendo una institución muy
reconocida en el sector sanitario. El Colegio Médico Universitario de San Juan
en Bangalore, creado tras su muerte en 1967, es un monumento a su sueño de
promover el valor cristiano de la medicina y de preparar profesionales al
servicio de la vida. El CHAI cuenta hoy con más de 3.000 instituciones en todos
los estados de la India, recuerdo de quien irradiaba a Cristo por sus palabras
y por su ejemplo.