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12 de junio de 2013

“Mangola Mola”, fiesta misionera solidaria en Galapagar, Madrid


“Mangola Mola...” es la fiesta que se celebra cada año en el mes de junio en Galapagar, Madrid, con el objetivo de ayudar a los misioneros espiritanos Miguel Ángel Lozano y José Aguilar Torner en su labor misionera con los niños de Tanzania. Esta fiesta misionera tendrá lugar el próximo 15 de junio en la finca Navazarza de Galapagar a partir de las 14 horas. Habrá merienda, cena, risas, bailes, sorteos, subastas, juegos para los niños, capea, etc., para todos aquellos niños y mayores que quieran pasárselo bien y ayudar a mejorar la vida de cientos de niños en Tanzania.
Según explica el misionero José Aguilar, con el dinero de la fiesta del 2012 se pudieron hacer muchas cosas. “Con pequeñas cantidades se hacen maravillas y se solucionan problemas de la gente de a pie. Gracias todos vosotros que lo hacéis posible. Nos gustaría que vierais sus caras de bienestar al recibir la pequeña ayuda; les explicamos que gente lejana, sin conocerlos, les ayudan. Nos piden que os demos las gracias. Aprovechamos la ocasión para deciros en su nombre: GRACIAS”.
Con lo que se recaude este año en la fiesta “Mongola Mola...”, cuenta Pepe Aguilar, “visitaremos a los presos que hay en una pequeña prisión estatal cercana; les solemos llevar jabón, crema de dientes, cuchillas de afeitar, crema para untarse la piel (a la raza negra se le seca mucho la piel y continuamente necesitan cremas) y algunas chucherías. Este año hasta les llevamos una cabra para que se la comieran. Normalmente charlamos un poco con ellos, les deseamos feliz Pascua y nos despedimos. No nos dejan estar más tiempo con ellos. Todos son jóvenes y se dedican a cultivar arroz. Pero este año ocurrió algo diferente. Nos explicaron que no tienen comedor. Comen al aire libre; cuando llueve o hace viento con arena (en Mangola es muy frecuente), lo pasan mal y no comen a gusto. Nos pidieron ayuda para que les construyéramos un comedor para unas 150 personas. Y se nos encendió la lucecita: parte del dinero de la fiesta se destinará a construir un comedor para los 150 presos de la cárcel de Mangola. Y, además, seguiremos con las cargas adquiridas y tapando agujeros. Este lugar tiene más goteras que el infinito desierto. Nos contentamos con seguir tapando algunas de ellas y hacer pequeñas dunas verdes en la aridez del duro desierto. Nos contentamos con provocar sonrisas en niños desvalidos, jóvenes sin futuro, ancianos abandonados, o personas para las que 1 euro es un tesoro (muchas veces, el sueldo de un duro día de trabajo). Sabemos que la situación en España no está para bollos y que las dificultades para sobrevivir han llegado a muchos que hasta ahora vivían bien y nunca imaginaron llegar a la indigencia. Es hora de ser solidarios incluso con los que tenemos a nuestro lado”, dice este misionero que lleva 36 años en Tanzania