Con motivo de la conmemoración de los cuatro siglos de la
llegada de la Virgen del Carmen a Filipinas, se ha inaugurado en Manila el
quinquenio de preparación para celebrar esta efemérides tan importante en la
historia de los agustinos recoletos de Filipinas.
Entre otras actividades se llevará a cabo la
rehabilitación de “la iglesia de acero”. Las obras afectan al conjunto de la
basílica de San Sebastián y sus alrededores, construida toda ella con una
estructura de acero que la vuelve única. Atención especial merece el órgano de
tubos, así como el camarín, las dependencias y objetos de la Virgen del Carmen.
El plan de rehabilitación, que comenzó el pasado 16 de
julio, fiesta de la Virgen, culminará en el 2018 con la celebración del Cuarto
Centenario de la llegada de esta imagen que los agustinos recoletos trasladaron
desde México hasta el Archipiélago asiático. El plan abarca todo tipo de
iniciativas espirituales, pastorales y artísticas.
Entre las numerosas actividades programadas, la música
ocupará un lugar central. Se espera recuperar este acervo cultural, al que en
el pasado hicieron importantes aportaciones ilustres compositores agustinos
recoletos. Con este objeto se han previsto ya varios conciertos musicales.
También están programadas algunas publicaciones, así como varias exposiciones y
conferencias. A lo largo de este año los organizadores pretenden establecer
contacto con el monasterio de San José, de la Ciudad de México, donde la imagen
comenzó su viaje. Y, en los años siguientes, al periplo viajero de la Virgen se
le dará continuidad portando la talla por las comunidades recoletas de todo el
Archipiélago filipino. Como culminación de este quinquenio preparatorio, el año
2018 se pretende recuperar la preciosa cabeza de marfil que a la Virgen le fue
robada en 1975.
Mucho antes de que llegaran a Filipinas los frailes
carmelitas de una u otra familia, el año 1618 arribaba a Manila la que era ya
tercera expedición de los agustinos recoletos, que había salido de España el 18
de julio del año anterior. A su paso por México, donde tuvieron que permanecer
varios meses a la espera del galeón que les permitiría cruzar el Pacífico,
hicieron amistad con las monjas carmelitas descalzas del monasterio de San
José. Éstas, que desde su carisma contemplativo sentían como propia la
experiencia apostólica de los recoletos, quisieron participar en su misión con
una imagen de la Virgen del Carmen. Y esa es la imagen que se instaló en la
iglesia de San Sebastián, extramuros de Manila, cuando ésta se fundó tres años
más tarde, en 1621. Allí se le ha tributado siempre un culto solemne, que se ha
irradiado a todo el Archipiélago. La iglesia primitiva de San Sebastián
desapareció, igual que desaparecieron a causa de terremotos o incendios otras
varias que le fueron sucediendo. Pero la actual iglesia neogótica de acero,
única en toda Asia, sigue siendo el santuario nacional de la Virgen del Carmen.
Es una advocación mariana que ha marcado la historia y la
vida de Filipinas. Hasta seis ciudades del archipiélago llevan el nombre de
Carmen…