Los misioneros salesianos han puesto en marcha un
programa de desayunos en las escuelas de Timor para conseguir un mayor
aprovechamiento de las clases y mejorar así el nivel educativo de niños y
jóvenes.
En las escuelas salesianas de primaria, secundaria y
técnicas en la localidad de Fatumaca, en Timor Oriental, muchos niños tienen
que caminar más de dos horas para llegar a clase. Como la mayoría sale de su
casa a primera hora de la mañana sin desayunar, en muchos casos los menores
llegan agotados.
Pero esta situación ha cambiado, ahora los religiosos les
proporcionan una comida cada mañana a los niños y adolescentes para que puedan
aprovechar mejor el tiempo de clase. El programa de desayunos es posible
gracias a un acuerdo con la Fundación Stop Hunger Now, una organización que
dona la comida, así como amigos y donantes que ayudan a financiar el
transporte, la entrega y la preparación de los alimentos.
En un país que ha sufrido una guerra civil desde hace
décadas y donde 1,1 millones de personas viven en la extrema pobreza, la
nutrición y la educación son los ingredientes esenciales para una sociedad
sostenible y un futuro de esperanza.
Cuando el desayuno fue incorporado en las escuelas
salesianas la apariencia y el aumento de peso entre los niños mejoró
significativamente. El rendimiento académico ha aumentado un 30% desde que se
proporciona alimentación a los alumnos en el propio colegio, mientras que la
matrícula lo ha hecho desde un 10 hasta un 35% y las cifras de graduación se
acercan al 100%.
Hay mucho más por hacer, señalan los salesianos, pero
estas historias de éxito son un signo de esperanza con el que los jóvenes
desfavorecidos en Timor Oriental puede romper el ciclo de pobreza y adquirir
conocimientos que les ayudarán a reconstruir su país y, sobre todo, a tener un
futuro lleno de oportunidades.