El misionero catalán Rafael Sabé Colom, que está desde el
año pasado en Guinea Conakry, concretamente en Kankan, segunda ciudad del país,
ha entrevistado al catequista Remi Conde, de 80 años, que durante casi 20 años
ha animado a la comunidad cristiana en una región más grande que Girona, en la
que sólo había un sacerdote.
Este catequista recuerda, en esta entrevista, lo que
sucedió en la Guinea Francesa cuando el primer presidente, Sékou Touré, expulsó
en mayo de 1967 a todos los misioneros del país y la persecución que se vivió.
“El presidente se había formado en el sindicato comunista
francés y en el partido comunista de Checoslovaquia. El quería una Iglesia al
servicio de la revolución, del partido único, y creyó que una iglesia sin misioneros
occidentales y sólo con pastores africanos lo conseguiría”, explica el
catequista.
Según Remi los expulsados del país fueron 73 sacerdotes,
10 religiosos, 55 religiosas y 18 misioneros laicos. Lo dejaron todo. Tenían
sólo un mes para irse sino querían ser detenidos. Aunque la persecución había
empezado mucho antes. “En marzo de 1959 ya habían suprimido todos los
movimientos de jóvenes cristianos, las radios católicas y, en 1961 se
nacionalizaron por decreto todas las escuelas católicas y dispensarios. El
obispo de Conakry, Mons. Milleville denunció esta injusticia y le obligaron a
marcharse del país. El Papa Juan XXIII consiguió que en 1962 el presidente
admitiera a un nuevo arzobispo guineano, Mons. Raymond Tchidimbo, encargándole
que intentara dialogar con el presidente”.
“Con la expulsión de los misioneros –continúa contando el
catequista- sólo quedaron en el país 8 sacerdotes y 25 religiosas de San José
de Cluny, todos guineanos. Las parroquias las dirigían los catequistas, laicos
encargados de la gestión material y espiritual”.
A la pregunta del misionero Rafael Sabé de si la
persecución terminó con la llegada de misioneros africanos. Remi responde que
no. “El 23 de diciembre de 1970, el presidente ordenó el arresto del arzobispo
de Conakry, Mons. Raymond-Marie Tchidimbo, por actividades en contra del
régimen y por dialogar con la oposición. El presidente lo quiso condenar a
muerte pero el embajador ruso le pidió que no hiciera de él un mártir. De 1958
a 1984 se exiliaron de Guinea por motivos políticos más de dos millones de
habitantes”.
“Una vez reorganizada la Iglesia, el único sacerdote que
quedaba me pidió que volviese a mi región de Kissidougou como responsable”,
cuenta el catequista. Y Con la vuelta en 1987 de los primeros salesianos de
Colombia, Remi Conde trabajó desde entonces y durante 20 años, animando a la
comunidad cristiana. “Mi primer objetivo era sembrar el amor entre los
cristianos y buscar la unidad entre las familias. Que entre todos fuéramos
capaces de querernos como Jesucristo. Les hablaba claro cuando veía a los
jóvenes cristianos influenciados por otras religiones. Todos los domingos
dirigía la celebración de la Palabra y dábamos catecismo para el bautismo y la
conformación. Y una vez al año venía el único sacerdote y administraba los
sacramentos. Impulsé el movimiento de la Legión de María y en octubre cada
comunidad cristiana se encontraba para rezar el rosario y en mayo llevábamos la
imagen de la Virgen de Lourdes casa por casa rezando el rosario”.
Finalmente, el misionero le pregunta por su futuro. “Este
año he cumplido 80 años y me doy cuenta que ahora todo es muy diferente, el
mundo cambia y eso hace la vida de fe se tambalee entre los jóvenes. En este
sentido hemos de hacer un esfuerzo para ser fieles al Señor y la educación de
los jóvenes es una prioridad. Dios es un Padre que nos quiere y desea en lo más
profundo que lo amemos y desea vivir entre nosotros. En este sentido estoy
contento con el Estado: 51 años más tarde, nos ha ofrecido recuperar la escuela
primaria. Y pronto tendremos también la escuela secundaria. ¿Y porque no
también un instituto? Tengo que agradecer el Señor la reciente creación de un
dispensario. Ahora sólo falta que vengan las religiosas. Pero no debemos
olvidar que sólo el amor en Jesucristo puede construir una comunidad de manera
eficaz y que la familia es la primera Iglesia. Que María siempre nos acompañe”.