
“Otros años ‘me tocaba’ impulsar esta Jornada misionera
desde España en los colegios escolapios. Ahora ‘me toca’ desde el corazón de
África Central (concretamente, Camerún, Guinea Ecuatorial y Gabón), donde los
escolapios gestionamos doce escuelas de maternal y primaria y cuatro de secundaria/bachiller,
con un total aproximado de más de 5.000 niños y niñas; un centro
agroveterinario para unos 100 jóvenes; una escuela de formación profesional con
400 alumnos; y también ocho parroquias, cada una con una media de doce capillas
en el extrarradio de cada parroquia central. En las escuelas de maternal y
primaria, con la ayuda de instituciones españolas, sobre todo de Aragón y País
Vasco, cada día damos la comida a todos los alumnos.
Nuestra misión escolapia es ‘evangelizar educando’. La
‘miseria’ es muy grande, lo cual, visto en países muy ricos en materias primas,
señala la injusticia estructural que nos rodea a todos. Casi la mitad de la
población de estos países es menor de 18 años; así que se ven a millares los
niños, adolescentes y jóvenes por las calles de las ciudades y los caminos de
los pueblos.

Hay muchos jóvenes que quieren ser religiosos y
sacerdotes, especialmente escolapios; pero intentamos aplicar estas dos
palabras básicas en la pastoral vocacional: discernimiento y acompañamiento.
Porque, en definitiva, toda vocación es un encuentro y una llamada muy personal
de la persona y de Dios; y no es cuestión de deseo o de imagen y prestigio
social.
Hay mucho que contar y mucho que reflexionar y divulgar,
aquí y allí. A veces pienso que el ‘Lázaro’ de la parábola de Jesús está en
África y ‘Epulón’, el rico, en el norte. Y aún más fuerte: que Epulón le ha
quitado la comida a Lázaro y, como mucho, le da las migajas que quedan. Y, para
acabar, un refrán africano: ‘Si tienes muchos bienes, compártelos; si tienes pocos,
comparte tu corazón’”