La delegación de misiones de Vic, Barcelona, siguiendo
con su objetivo de acercarse a sus misioneros, conocerlos y acompañarles, se
han reunido en esta ocasión con las Hermanas Carmelitas de la Caridad, Josefina
Roca, Núria Juvanteny y Núria Solà, en la casa madre “Joaquina de Vedruna” de
Vic.
Según manifiestan desde la delegación de misiones, “fue
un encuentro muy agradable y en el que vimos y sentimos el buen trabajo y la
preciosa labor que han hecho y están haciendo nuestras misioneras. Desde la
delegación queremos darles las gracias a las Hermanas por su entrega y
mostrarles nuestra admiración por esa tarea tan extraordinaria en nombre de
Dios”.
La hermana Josefina Roca, que ha estado 50 años de
misionera en África contó que, “en el año 1950, el Papa Pío XII en el documento
‘Es la hora de África’, les pedía a las congregaciones religiosas que enviasen
misioneros. Los padres del Verbo Divino de Roma pidieron a la congregación de
las Carmelitas de Vedruna si podían sustituir a una congregación belga en la misión
del Congo. Como nuestra fundadora Santa Joaquina de Vedruna quería ir a África,
la hermana general creyó que las congregaciones podían llevar a cabo este
deseo. Se escogieron cinco Hermanas para proponerles esta misión.
Todas hicieron un curso de preparación previa en Bélgica
para aprender francés. El 3 de agosto de 1957 recibían la cruz misionera de
manos de Mons. Narcís Jubany, de Barcelona y, al cabo de unos días, partieron
hacia el Congo. Cuando llegamos nos encontramos una escuela con 900 alumnos y
un hospital. La lengua era totalmente diferente. Para poner un ejemplo, en la
escuela, de los 19 maestros que había solo uno de ellos sabía francés y el
resto hablaba kikongo. Es por este motivo que quisimos aprender el idioma
rápidamente a pesar de que había muchos dialectos diferentes y era difícil”.
La hermana Josefina Roca llegó en agosto y en diciembre
ya hacía su primera clase en kikongo. Todavía recuerda de que se trataba: 'La
Anunciación del Ángel a la Madre de Dios”. Allí las escuelas eran muy pobres,
la mayoría de las clases estaban hechas de paja y barro, solo unas pocas
estaban construidas con cemento.
Las hermanas se entregaron totalmente a la misión sin
saber que se encontrarían. Una vez allí, procuraron ser fieles seguidoras y
predicar la Buena Nueva de Jesucristo. Era una misión grande. De norte a sur
120 km. Y de este a oeste 60 km. Junto con los padres del Verbo Divino crearon
nuevos sectores de población en los que se construyeron iglesias, escuelas y
centros de salud. Dividieron el territorio en sectores que ellas visitaban cada
3 ó 4 meses. Lo que consideraban prioritario era la formación a todos los
niveles, intelectual, humano y cristiano. Los chicos y chicas que destacaban
los enviaban a la Misión de Kinshasa donde podían seguir sus estudios. Los
alumnos hacían 120 km para ir a clase y tenían muchas ganas de aprender.
Al poco tiempo de llegar tenían 200 chicas para el
catecumenado que se querían hacer cristianas. En el año 1963 fundaron una
segunda misión, la misión de Matari. Las hermanas que actualmente están en
misión, las hermanas Núria Juventeny y Núria Solà, explicaron que en África
todavía quedan muchas necesidades.
Actualmente las Hermanas Vedrunas tienen 12 comunidades
diferentes; 6 en el Congo, 3 en Guinea Ecuatorial, 2 en Gabón y una en Togo. El
trabajo que llevan a cabo es diverso y depende del país en el que están. Su
tarea misionera se basa en procurar educación y sanidad. También participan en
la pastoral de la parroquia, visitan feligreses, hacen catequesis, etc. Las misioneras
también procuran que todas las hermanas del país estudien y se preparen para
afrontar responsabilidades de futuro ya que, cuando ellas deban regresar por
salud o por jubilación, habrán de dejarles paso.
Ya hay muchas hermanas congoleñas y 4 de ellas dirigen
escuelas. En el Congo hay un noviciado con 7 novicias y 6 postulantes. En Gabón
hay dos comunidades, una de pastoral religiosa y otra más social dedicada a los
niños y niñas sometidos a la esclavitud y prostitución, los niños de la calle.
En Guinea Ecuatorial las hermanas tienen un proyecto dedicado a escuelas para
la promoción de la actividad agrícola, escuelas de carpintería y costura. Una
vez que se retiraron las ayudas de los organismos oficiales de ayuda exterior,
el gobierno de Guinea Ecuatorial se encarga de pagar los servicios básicos. Se
ha ido trabajando pero todavía hay mucho que hacer.