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10 de junio de 2014

Las misioneras Carmelitas Vedrunas de Vic y su labor en África


La delegación de misiones de Vic, Barcelona, siguiendo con su objetivo de acercarse a sus misioneros, conocerlos y acompañarles, se han reunido en esta ocasión con las Hermanas Carmelitas de la Caridad, Josefina Roca, Núria Juvanteny y Núria Solà, en la casa madre “Joaquina de Vedruna” de Vic.
Según manifiestan desde la delegación de misiones, “fue un encuentro muy agradable y en el que vimos y sentimos el buen trabajo y la preciosa labor que han hecho y están haciendo nuestras misioneras. Desde la delegación queremos darles las gracias a las Hermanas por su entrega y mostrarles nuestra admiración por esa tarea tan extraordinaria en nombre de Dios”.
La hermana Josefina Roca, que ha estado 50 años de misionera en África contó que, “en el año 1950, el Papa Pío XII en el documento ‘Es la hora de África’, les pedía a las congregaciones religiosas que enviasen misioneros. Los padres del Verbo Divino de Roma pidieron a la congregación de las Carmelitas de Vedruna si podían sustituir a una congregación belga en la misión del Congo. Como nuestra fundadora Santa Joaquina de Vedruna quería ir a África, la hermana general creyó que las congregaciones podían llevar a cabo este deseo. Se escogieron cinco Hermanas para proponerles esta misión.
Todas hicieron un curso de preparación previa en Bélgica para aprender francés. El 3 de agosto de 1957 recibían la cruz misionera de manos de Mons. Narcís Jubany, de Barcelona y, al cabo de unos días, partieron hacia el Congo. Cuando llegamos nos encontramos una escuela con 900 alumnos y un hospital. La lengua era totalmente diferente. Para poner un ejemplo, en la escuela, de los 19 maestros que había solo uno de ellos sabía francés y el resto hablaba kikongo. Es por este motivo que quisimos aprender el idioma rápidamente a pesar de que había muchos dialectos diferentes y era difícil”.
La hermana Josefina Roca llegó en agosto y en diciembre ya hacía su primera clase en kikongo. Todavía recuerda de que se trataba: 'La Anunciación del Ángel a la Madre de Dios”. Allí las escuelas eran muy pobres, la mayoría de las clases estaban hechas de paja y barro, solo unas pocas estaban construidas con cemento.
Las hermanas se entregaron totalmente a la misión sin saber que se encontrarían. Una vez allí, procuraron ser fieles seguidoras y predicar la Buena Nueva de Jesucristo. Era una misión grande. De norte a sur 120 km. Y de este a oeste 60 km. Junto con los padres del Verbo Divino crearon nuevos sectores de población en los que se construyeron iglesias, escuelas y centros de salud. Dividieron el territorio en sectores que ellas visitaban cada 3 ó 4 meses. Lo que consideraban prioritario era la formación a todos los niveles, intelectual, humano y cristiano. Los chicos y chicas que destacaban los enviaban a la Misión de Kinshasa donde podían seguir sus estudios. Los alumnos hacían 120 km para ir a clase y tenían muchas ganas de aprender.
Al poco tiempo de llegar tenían 200 chicas para el catecumenado que se querían hacer cristianas. En el año 1963 fundaron una segunda misión, la misión de Matari. Las hermanas que actualmente están en misión, las hermanas Núria Juventeny y Núria Solà, explicaron que en África todavía quedan muchas necesidades.
Actualmente las Hermanas Vedrunas tienen 12 comunidades diferentes; 6 en el Congo, 3 en Guinea Ecuatorial, 2 en Gabón y una en Togo. El trabajo que llevan a cabo es diverso y depende del país en el que están. Su tarea misionera se basa en procurar educación y sanidad. También participan en la pastoral de la parroquia, visitan feligreses, hacen catequesis, etc. Las misioneras también procuran que todas las hermanas del país estudien y se preparen para afrontar responsabilidades de futuro ya que, cuando ellas deban regresar por salud o por jubilación, habrán de dejarles paso.
Ya hay muchas hermanas congoleñas y 4 de ellas dirigen escuelas. En el Congo hay un noviciado con 7 novicias y 6 postulantes. En Gabón hay dos comunidades, una de pastoral religiosa y otra más social dedicada a los niños y niñas sometidos a la esclavitud y prostitución, los niños de la calle. En Guinea Ecuatorial las hermanas tienen un proyecto dedicado a escuelas para la promoción de la actividad agrícola, escuelas de carpintería y costura. Una vez que se retiraron las ayudas de los organismos oficiales de ayuda exterior, el gobierno de Guinea Ecuatorial se encarga de pagar los servicios básicos. Se ha ido trabajando pero todavía hay mucho que hacer.