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28 de julio de 2014

Los fieles de España y de Indonesia unidos en el apoyo a 45 seminaristas de Sulawesi, Indonesia


Son 45 jóvenes indonesios, quieren ser sacerdotes y estudian y viven en el Seminario Anging Mammiri de Makassar, Indonesia. Sin embargo, estos datos ocultan el hecho de que los católicos son sólo el 1,6% de la población de Makassar, unos 190.000. No hablan del hermoso entorno natural que rodea Makassar, en la isla de Sulawesi, Indonesia – una isla que los portugueses, por su forma de y griega dada la vuelta y por sus recovecos, consideraron archipiélago, las Célebes. Tampoco muestran las dificultades de mantener este seminario en funcionamiento, en una diócesis pobre pero llena de esperanza. Las Obras Misionales Pontificias de España enviaron este curso al Anging Mammiri 26.196 dólares para ayudar en la formación de estos jóvenes. Una cita a la que las Obras Misionales no han faltado en los últimos años, gracias a la campaña de Vocaciones Nativas, que celebraremos este domingo 27 de abril, en coincidencia con la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, dos grandes Papas misioneros. Esta suma, fruto de las pequeñas donaciones de tantos fieles a favor de las Vocaciones Nativas, es sólo una cuarta parte del presupuesto del seminario. El resto también es fruto del esfuerzo de muchos.
Los primeros en arrimar el hombro son los mismos seminaristas. Dado que hay espacio suficiente en los terrenos del seminario, los seminaristas dedican tiempo de su día a día a plantar y cultivar una huerta, con verduras y árboles frutales, que produce lo suficiente para minimizar los gastos diarios. Y es que el trabajo forma parte de la tradición de este seminario. En el 2006, cuando el tsunami asoló en aquel año las costas de Indonesia, los seminaristas no dudaron en retrasar sus estudios unos meses para ayudar a reconstruir viviendas y cuidar a los afectados.
Las familias de los seminaristas también aportan pagando las necesidades primarias de sus hijos, como son ropa, zapatos, material escolar y artículos de aseo. Pero como dice el rector, el padre Petrus Bine Saramae, “nuestros seminaristas vienen de familias humildes y pobres que dependen mayoritariamente del cultivo de la tierra y de productos como la yuca, el maíz, las judías y los vegetales de consumo diario. Los esfuerzos de las familias no siempre tienen éxito. En ocasiones no obtienen buenas cosechas debido a lo incierto e impredecible del tiempo”.
Otra ayuda viene del mismo padre Petrus y de los otros tres formadores a tiempo completo del seminario. Elegidos entre los mejores sacerdotes de Makassar, y con una formación sólida, los cuatro hacen de rector, vicerrector, ecónomo, profesor, bibliotecario, jefe de estudios…
Y luego está el obispo de Makassar, Mons. Johannes Liku Ada’. La ayuda al seminario es un tema presente en casi todas sus homilías. También ha hecho que la colecta de muchos domingos del año tenga como destino el seminario, de manera que los pequeños donativos de los fieles de España se suman a los que aportan los fieles indonesios.
El periodo de formación de los seminaristas dura 8 años. Comienzan con un año de que llaman de “formación propedéutica”, en el que se subsanan las necesidades de formación básica o se potencian las capacidades de los nuevos seminaristas. Luego siguen cuatro años de formación filosófica, un año de formación pastoral y dos años de formación teológica. Es el camino que han seguido más de 100 sacerdotes ya ordenados en el Anging Mammiri desde 1978. Un camino que exige sacrificios