En 2009, las diversas instituciones que conforman la
familia vicenciana, como las Hijas de la Caridad, los padres Paúles, las
Juventudes Marianas Vicencianas… se unieron para dar la oportunidad a personas
del mundo entero de apoyar proyectos de empresas en Haití, el país más pobre
del hemisferio occidental y uno de los más pobres del planeta. Así se creó
IFVH, Iniciativa de la Familia Vicenciana en Haití. Uno de estos proyectos es
una piscifactoría en una pequeña localidad de este castigado país.
Según cuentan desde IFVH, las temperaturas del invierno
haitiano se sitúan entre su máxima anual de 32 y su mínima anual de 26 grados
Celsius. La calidez del abundante sol haitiano hizo posible el gran progreso de
la piscifactoría de tilapia de la Iniciativa de la Familia Vicenciana en Haití
(IFVH). Dicha piscifactoría, en construcción desde octubre de 2013 en los
alrededores de un tranquilo lago en Savanne Perdue, una localidad en Lahoye,
está tomando forma rápidamente y preparándose para acoger a sus primeros
alevines este verano. Son crías de tilapia, un tipo de pez apropiado para
piscifactorías, que empiezan a madurar en seis estanques de 500 metros
cuadrados alrededor del borde del lago. Según vayan creciendo, serán
transferidos a jaulas que flotan en el lago. Al alcanzar su tamaño adulto, un
pez normal se venderá por 3.30 dólares aproximadamente, generando unos ingresos
importantes para las docenas de vendedores que serán contratados para llevar el
pescado a los mercados y restaurantes locales.
Esta nueva piscifactoría es una empresa social que la
Familia Vicenciana creó para generar trabajos a corto y largo plazo para las
familias de esta zona rural, donde hay escasez de trabajos y la pobreza es la
norma. Según Regine Theodat, director nacional de la IFVH, “cuando la
piscifactoría esté en pleno funcionamiento y los pescados sean recogidos,
calculamos que generarán más de 200.000 dólares para la economía local por
año”. Los estudios indican que el mercado más cercano en Cas solía ofrecer
pescado en abundancia, pero la sobrepesca y una especie de pez depredador
redujeron las capturas locales. “Aunque la cantidad de pescado ha disminuido,”
continuó Theodat, “la demanda no lo ha hecho, lo que es un buen augurio para
nuestra piscifactoría”.
La Familia Vicenciana ha empezado a recaudar 225.000
dólares para apadrinar a 150 familias mediante el programa Camino Hacia una
Vida Mejor de Savanne Perdue para prepararles para trabajar como vendedores de
pescado