Un corazón grande con el
lema:”YO SOY UNO DE ELLOS” presidía ceremonia. A continuación, cantos misioneros y lectura d e la carta de una niña africana,
Diara, que impresionó a los niños por el contraste de vida que les contaba.
Los niños escucharon con
atención el encuentro de Jesús con Zaqueo y realizaron la promesa de compartir,
para ser felices, como los misioneros.
Por cursos, dirigidos por
un precioso corazón diseñado por ellos,
realizaron una procesión hacia el presbiterio, donde colocaron las Huchas del Compartir el corazón que ellos
habían diseñado.
El delegado de misiones dialogó con los niños sobre
los valores del niño misionero, agradeció sus genososos donativos y les felicitó por la bella celebración.