Yo no soy un genio, ni mucho menos.
Soy una persona sencilla, encantada de la vida, que sueña con un mundo mejor.
Soy uno de los que, cada mañana, da gracias a Dios, por lo que tengo: salud, amigos, trabajo y gente a la que necesito y me necesitan.
Yo soy uno de ellos, de los que piensan que el futuro puede ser mejor, con el esfuerzo y la
ilusión de todos.
Estoy convencido que en lo hondo del corazón, de cada persona, hay un manantial de
posibilidades, a las que hay que dar cauce, para que puedan compartirlas con otros.
Quien hace la experiencia de COMPARTIR (sonrisas, trabajos, ilusiones…), recibe más de lo que da.
En estas vísperas de la Gran Fiesta de los niños católicos del mundo, SOY UNO DE ELLOS, de los que gritan, a todo pulmón:
NO podemos permitir la muerte de hambre de tantos niños,
NO a la explotación de los menores en trabajos vejatorios para su dignidad,
NO a su implicación en guerras y en otras crueles experiencias, que son una vergüenza
para la humanidad.
Quiero que mi quebrada voz y frágil pluma pueda contribuir al grandioso proyecto de la
Infancia Misionera:
Todos SOMOS miembros de una gran familia, sin diferencia de razas ni culturas.
Abrir carteras, puertas y corazones, para que todos los niños del mundo tengan las
mismas OPORTUNIDADES.
Promover la alegría de ser misioneros de Jesús, con estas hermosas claves: tener
siempre los OJOS ABIERTOS, para ver lo que sucede en el mundo; las MANOS
EXTENDIDAS, para dar y recibir; el CORAZÓN ENCENDIDO, para amar y rezar
por todos; y los PIES LIGEROS para ir en ayuda de aquel que me necesite.
En esta misión no soy ningún genio, ni mucho menos. Sólo un humilde portavoz de lo
que millones de niños y adultos ya están realizando: con mucha más generosidad y entrega que yo.
Pedro Jesús Mohedano Santibañez
Director de Misiones de Coria-Cáceres
