Mons. Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de
Cuba, a través de una carta pastoral, agradece a todos los que han estado
preocupados y pendientes de lo que sucedía en la Archidiócesis primada de Cuba,
y a todas las personas, organismos y congregaciones que han ayudado a la
reconstrucción y vuelta a la normalidad.
El huracán “Sandy” afectó la provincia de Santiago de
Cuba casi en su totalidad. Se calcula que han sido dañadas más de 150.000
viviendas y miles han quedado destruidas, a lo que se suma a la interrupción de
los servicios básicos de electricidad, teléfono y agua, que con el esfuerzo de
las instancias pertinentes ya han sido restablecidos.
Los templos y edificios de la Iglesia llevaban muchos
años sin un adecuado mantenimiento y renovación y no estaban preparados para
resistir un embate de tanta fuerza, por lo que, en mayor o menor grado todos
los templos, casas pastorales, residencias de religiosos y otras dependencias
de la Iglesia se han visto afectados.
Hasta el momento las ayudas a la Archidiócesis de
Santiago de Cuba se han recibido a través de las estructuras de Cáritas en las
diferentes diócesis del país, el Arzobispado de Santiago de Cuba y por
congregaciones religiosas. También se ha recibido ayuda directa de Cáritas
Suiza, Cáritas de Alemania, el Servicio Católico de Ayuda de Estados Unidos
(CRS), la comunidad cubana en Miami y Adveniat.
Otras organizaciones católicas, como la Conferencia de
Obispos Católicos de Estados Unidos, han brindado su apoyo para la
reconstrucción de los templos y edificios destruidos. Por su parte, la
Conferencia Episcopal Uruguaya llevó a cabo una colecta navideña como muestra
de solidaridad.
Es importante destacar también las ayudas puntuales de
congregaciones religiosas que ejercen su labor en esta diócesis cubana que han
ido directamente a cada congregación de manera independiente, y las cartas de
apoyo y otras muestras de solidaridad de amigos del resto del mundo.