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30 de abril de 2013

Defendamos los niños - No al trabajo infantil. Misión Jóvenes 2013 en la frontera entre Argentina y Bolivia


En la población de Carahunco, a 30 km. de San Salvador de Jujuy, al norte de Argentina, 25 jóvenes voluntarios de la Pastoral de Movilidad Humana de Tarija, Potosí, Villazón, Yacuiba de Bolivia han llevado a cabo la primera actividad misionera de este año 2013, visitando a los emigrantes bolivianos en el norte de Argentina.
En la zona de Jujuy se vive principalmente de la producción de caña de azúcar, tomate y tabaco. En la cosecha están trabajando muchos bolivianos, la mayoría de ellos emigrantes, conocidos como “golondrinas”, que se mueven por todo el territorio argentino siguiendo la temporada de cosecha. Viven en condiciones difíciles y precarias y, lamentablemente, muchas veces se convierte en una explotación laboral por parte de los dueños en la que también están implicados niños, niñas y adolescentes. Por este motivo, esta primera misión, que se ha llevado a cabo del 21 al 27 de enero, llevaba por título “Defendamos a los niños - No al trabajo infantil”.
Los misioneros han vivido durante una semana en la escuela del pueblo y cada día, desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, han estado con más de 80 niños realizando actividades lúdico-educativas para sacarlos del duro trabajo de la cosecha y dándoles desayuno, almuerzo y merienda. Por la tarde, los jóvenes voluntarios, una vez terminadas las actividades con los niños, se han dedicado a visitar a las familias emigrantes en el campo. La semana concluyó con la celebración de una misa comunitaria.
Según cuentan desde la Pastoral de Movilidad Humana de Bolivia y la Pastoral Migratoria de Jujuy, Argentina, responsables de organizar esta actividad misionera, fue una experiencia maravillosa que dejó en los voluntarios huellas inolvidables y en los niños y familias emigrantes una esperanza “sabiendo que su país e Iglesia de origen no se han olvidado de ellos”. También opinan que fue una ocasión única para compartir las dificultades que vive la población emigrante, lo que recuerda, una vez más, que trabajar para las personas en movilidad es una misión necesaria e imprescindible.